¿Jesús sufre todavía?
Muchas veces el Señor en los mensajes que ha dado a sus santos nos dijo que Él sufre por los pecados de los hombres y su ingratitud. Y esto es muy cierto, porque aunque Jesús está perfectamente glorificado en el Cielo, Él todavía sufre moralmente y espiritualmente por la maldad de los hombres. Por eso debemos tratar de consolar el Corazón de Cristo, puesto que está muy dolorido después de tantos dones que nos ha dado y solo recibe desprecios.
Podemos consolar al Corazón de Jesús con nuestro sincero amor, diciéndole muchas veces por día que lo amamos y tratar de consolarlo con nuestra oración y obrar de acuerdo a la voluntad de Dios, es decir, a los Diez Mandamientos y a las enseñanzas de Jesús en el Evangelio, pues ya dice el Señor que el que lo ama es aquel que cumple sus mandamientos, y si decimos que amamos a Jesús, debemos cumplir su Palabra.
Una forma de consolar a Jesús es visitándolo en el Sagrario, donde Él está realmente presente con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, y nos está esperando día y noche para que consolemos su Corazón dolorido por tantas ofensas de la humanidad. Tenemos compasión de un animalito que sufre o de un pariente nuestro, ¿y no vamos a tener compasión de Jesús, que sufre tremendamente como ni siquiera nos podemos imaginar, siendo Él el Ser más bueno del universo. Si consolamos a Jesús nos lloverá un enorme caudal de gracias y, sobre todo, aumentará su amor en nosotros y seremos capaces de amarlo cada vez más y así consolarlo y atraer sobre el mundo una lluvia de bendiciones y misericordia.
¡Ave María purísima!
¡Sin pecado concebida!