La Virgen Maria nos da a Jésus.
Maria esta en las fuentes de la gracia.
El don de Dios, Cristo Jésus, es también el don de Maria.
El evangelio, en muchas ocasiones, nos hace comprender, por medio de los hechos, esta ley llena de amor de la vida espiritual: Jésus se nos da por Maria.
Apenas lo ha concebido, se apresura a llevârselo a Isabel y a Juan Bautista; lo présenta a los Magos, lo révéla en Canâ; en todas partes muestra a Jésus.
Esta es una de las leyes mâs constantes de la gracia: «Encontraron al Niilo con su madré» . La Iglesia lo comprendiô asî inmediatamente. San Buenaventura no hace mâs que resumir la tradition cristiana cuando escribe que «no se encuentra nunca a Cristo mâs que con Maria y por Maria». Y añade: «El que busca a Cristo lejos de Maria lo busca en vano» .
La misiôn de Maria consiste en comunicar a Jésus; asî lo hace siempre.
El fruto de la devociôn a Maria es Jesucristo, dicen san Luis Grignion de Montfort.
«Es cierto que Jesucristo es, en particular, para cada hombre que lo posée, tan verdaderamente el fruto de la obra de Maria, como lo es para todo el mundo en gênerai; de modo que si algûn cristiano tiene a Jesucristo formado en su corazon, puede decir con santo atrevimiento: Es una gran merced de Maria; lo que yo poseo es su esfuerzo y su fruto, y sin ella no lo tendrîa»