Jesús, por ser Dios, es el Amor. Y María, por ser la Madre de Dios, es también el amor. Así nosotros, tomando el ejemplo de Ellos debemos ser también amorosos con Dios y con nuestros hermanos, porque de esa forma es como imitaremos mejor a Jesús y a María.
Si no tenemos amor a Dios y al prójimo, entonces no somos nada, porque como bien dice el Apóstol: aunque sepamos todas las lenguas, profeticemos o hagamos grandes milagros, si nos falta la caridad, el amor, nada somos.
Es tiempo de que los cristianos entendamos bien qué significa ser cristiano, porque muchos no lo hemos entendido bien todavía, a pesar de que ya hace dos mil años de la venida de Jesús.
Porque el Cristianismo es la religión del amor, y eso es lo que tenemos que entender todavía, que no hemos entendido bien, y sobre todo que no hemos practicado bien.
Cuando sepamos amar a Dios y a los hermanos, entonces lo sabremos todo, y todo se nos hará fácil y llevadero, incluso las cruces más pesadas, porque el amor todo lo vence y todo lo soporta, y Jesús y María lo sufrieron TODO porque amaban sin límites. Imitémoslos.
Jesús, María, os amo, salvad las almas