Contar con Dios.
He aquí la economía del plan providencial.
¡Preparémonos para la lucha! Trabajemos con ahínco, pero con espíritu y corazón vueltos hacia lo alto. “Vano es que os levantéis antes del día”, dice la Escritura, si el Señor no os ayuda, nada conseguiréis.
(De "El Libro de la Confianza", P. Raymond de Thomas de Saint Laurent)
Comentario:
Y la ayuda de Dios la obtenemos a través de la oración, porque Dios se ha comprometido a darnos todo lo necesario y aún muchísimo más, pero con la condición de que se lo pidamos en la oración.
Si no rezamos, Dios no nos ayudará, y el demonio se nos acercará y nos podrá dañar, tanto más, cuanto menos recemos, porque dejando la oración, nos alejaremos de Dios, y nos pondremos cada vez más en la órbita del demonio.
Por eso también la gran importancia de vivir en gracia de Dios, porque si vivimos en gracia de Dios, tenemos a Dios con nosotros, en nosotros, y donde está Dios no puede estar también Satanás.
En cambio si vivimos habitualmente en pecado mortal, entonces lo que hagamos no tendrá valor para el Cielo, y sólo será tomado en cuenta por Dios para darnos la gracia de la conversión, del arrepentimiento y vuelta a Él.
Lo importante es tener buena voluntad, buena intención, y Dios bendecirá todas nuestras empresas, no sólo en lo espiritual, sino también en lo material si está de acuerdo a su voluntad y no nos estorba para nuestra salvación. ¡Y preparémonos a ver cosas grandes, admirables!, porque Dios no se deja ganar en generosidad, y Él quiere sorprendernos porque nos ama infinitamente y quiere que le amemos con todo nuestro ser, y por eso hace todo para conquistar nuestro corazón.