Agradar a Dios.
Dijo un día el Señor a Santa Teresa: “¿Sabes qué es amarme con verdad? Entender que todo lo que no es agradable a mí es mentira.” ¡Ojalá que todos entendieran esta verdad, que solo una cosa es necesaria! No es necesario allegar en la tierra muchos caudales, ni granjearse la estima de los demás, ni llevar vida regalada, ni escalar las dignidades, ni ganar reputación de sabio; una sola cosa es necesaria: amar a Dios y cumplir su voluntad. Para este único fin nos creó y conserva la vida, y solamente por este camino llegaremos un día a conquistar el Paraíso. Ponme como sello sobre tu corazón, cual sello sobre tu brazo. Así dice el Señor a todas las almas, esposas suyas, que lo pongan en su corazón como sello y como señal en su brazo, para que a Él vayan dirigidas todas las acciones y deseos; dice que lo pongan sobre el corazón, para que no entre en él más amor que el suyo, y que lo pongan sobre su brazo, para que en cuanto hagan no se propongan otro fin que agradarle. Y ¡cómo corren a pasos agigantados por el camino de la perfección los que en todas sus obras no pierden de vista a Jesús crucificado ni tienen más finalidad que hacer su beneplácito!
“Práctica de amor a Jesucristo” – San Alfonso María de Ligorio
Comentario:
Cuando uno está enamorado de alguien, busca agradarle en todo sentido, hace todo por su amor, y no teme realizar los más grandes sacrificios con tal de hacer feliz al ser amado.
Si esto ocurre con los amores terrenos, ¡cuánto más debe ocurrir con el amor celestial a Jesucristo! Tenemos que hacer todo para agradarle, y dejar de hacer todo aquello que no le agrada. Porque amar a Jesús es cumplir sus mandamientos, ya que el que dice que lo ama y no cumple sus mandamientos, es un mentiroso.
Hoy muchos dicen que aman a Jesús, pero no les importa de los Diez Mandamientos ni de las enseñanzas que Jesús nos dejó en su Evangelio. ¿Aman a Jesús estos tales? Verdaderamente no lo aman, sino que están equivocados, y serán del número de aquellos que en el Día del Señor, dirán: “Señor, hemos comido y bebido contigo, hemos hecho milagros en tu nombre, etc.”; pero Cristo les responderá: “¡Apártense de Mí, los que hacen el mal!”.
Así que amar a Jesús es hacer el bien, cumplir su voluntad, los Diez Mandamientos, hacer todo lo que a Él le agrada, y dejar de hacer lo que le desagrada.