“Escucha los latidos de Mi Corazón. Es por las almas: las llamo, las espero... las vuelvo a llamar. Y mientras no responden, espero contigo. Sufrimos, pero al fin vendrán”.
Comentario:
El Señor ama a todas las almas y por ellas dio su vida. Nosotros debemos hacer todo por acercar las almas al Sagrado Corazón de Jesús, y lo hacemos cuando rezamos mucho, pues la oración tiene un gran poder sobre el Corazón de Dios y para la conversión de los pecadores. Ya lo dijo la Virgen en Fátima, cuando habló de que muchas almas van al Infierno porque no hay nadie que rece y se sacrifique por ellas. Nosotros recemos y hagamos pequeños sacrificios para salvar las almas que el Corazón de Jesús tanto ama y que no quiere que se pierdan. Nuestra principal preocupación debe ser primero: salvar nuestra propia alma, y segundo: salvar las almas de nuestros hermanos.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.