El que obtenga del niño que se venza y se contraríe, habrá dado con el medio de aumentar rápidamente en él la fuerza de voluntad. Los pequeños sacrificios mantienen el espíritu cristiano y son otras tantas victorias de la voluntad que se fortalece con el ejercicio. Por eso con razón se ha dicho, que la voluntad se forma por el mismo procedimiento que la musculatura física. La energía de la voluntad, sostenida por la gracia divina, es importantísimo factor para el desenvolvimiento del carácter. Los santos y los mártires en momentos de luchas supremas supieron corresponder con heroica fidelidad, al impulso de la gracia, porque antes, con la mente puesta en el divino Modelo, supieron doblegar su voluntad habituándola al sacrificio. Nadie llega de repente a ser héroe o criminal. Tiene la voluntad sus etapas ascensionales que entrañan, más que hechos extraordinarios, esfuerzos pequeños, sacrificios continuos que el cumplimiento del deber exige. San Marcelino Champagnat