Palabras de Jesús
Pureza en las miradas.
La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará luminoso; pero si tu ojo está malo, todo tu cuerpo estará a oscuras. Y, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué oscuridad habrá! (Mt 6, 22-23).
Comentario:
Por medio de los ojos entran los malos deseos en las almas, es por eso que debemos cuidar muy bien nuestras miradas. Evitar los pomos tentadores que nos ofrece el mundo, porque si se mira de forma impura no solo ya se está cometiendo el pecado, sino que uno ya se prepara a consumarlo completamente. Ya San Juan nos advierte que una de las concupiscencias es la de los ojos. ¡Cuánto debemos cuidar nuestras miradas para que sean puras y honestas! ¿Y se puede mirar televisión hoy? La respuesta es que no, porque si miramos un buen programa, en medio están las publicidades que nos excitan los sentidos y nos desordenan las pasiones con sus flashes, sonidos y colores, y así uno está expuesto a las miradas deshonestas. Y quien diga que es fuerte y no le afecta eso, cuide de no caer, porque justamente el mayor engaño de Satanás es hacernos creer que somos fuertes y que jamás caeremos en pecado porque estamos “seguros”. Nunca es suficiente la vigilancia, y tenemos la obligación de huir de las imágenes impuras, que abundan en la televisión. No es que tengamos que escaparnos del mundo y encerrarnos en un convento, pues allí también el demonio se las ingeniará para representarnos figuras impuras en nuestra imaginación; sino que debemos vigilar y acostumbrar a nuestros ojos a ser prudentes y no exponernos a la televisión, que no nos da tiempo a distraer la mirada en otra cosa. Por algo el Papa Juan Pablo II dijo una vez: “Apaguen el televisor”. Se trata de nuestra salvación eterna.
Jesús, en Vos confío.