Soléis decir: «Los tiempos son difíciles, los tiempos son duros, los tiempos abundan en miserias». Vivid bien, y cambiaréis los tiempos con vuestra buena vida; cambiaréis los tiempos y no tendréis de qué murmurar. En efecto, hermanos míos, ¿qué son los tiempos? La extensión y sucesión de los siglos. Nace el sol; transcurridas doce horas, se pone en la parte opuesta del mundo. Al siguiente día vuelve a salir por la mañana, para ponerse otra vez. Enumera cuántas veces acaece lo mismo: he ahí lo que son los tiempos. ¿A quién hirió la salida del sol? ¿A quién dañó su puesta? En consecuencia, a nadie ha dañado el tiempo. Los dañados son los hombres; los que dañan son también hombres. ¡Oh gran dolor! Son hombres los dañados, los despojados, los oprimidos. ¿Por quién? No por leones, no por serpientes o escorpiones, sino por hombres. San Agustín