¿Que mandato dio el Ángel de la Paz a los pastorcitos de Fátima, para evitar que se descargue una fuerte retribución de Dios, por las ofensas y blasfemias que cometemos contra Él?
El mundo ha pasado de no creer en Dios a hacer la guerra contra Él, a ofenderlo y blasfemarlo, como si fuera su peor enemigo y un ser abyecto.
Y esto supone grandes peligros para la humanidad, porque la Santa Ira de Dios no puede soportar que los seres que Él creó, con tanto amor, se rebelen de manera tan atroz.
Por lo tanto, pende sobre nosotros un riesgo terrible, si no ofrecemos actos de reparación por esas dolorosas ofensas.
Y en las apariciones de Fátima, el Ángel de la Paz dictó a los pastorcitos la oración de Reparación más importante de nuestra época, y que debemos de rezar para alejar el peligro.
Aquí te relataremos las tres apariciones del Ángel de la Paz, previas a las de la Virgen de Fátima, y te explicaremos cómo rezar la Coronilla de Reparación al Corazón Eucarístico de Jesús.
Uno de los misterios de Fátima, al que se ha prestado muy poca atención, son las apariciones previas del Ángel de la Paz.
Recién en 1924 Sor Lucía habló en privado de estas apariciones, cuando Jacinta y Francisco ya habían muerto.
Pero un sacerdote le aconsejó que no hablara de ellas, porque podría competir con las apariciones de la Virgen.
Así que recién en 1937 se hicieron públicas estás apariciones del Ángel de la Paz, cuando sor Lucía escribió sus memorias y reveló los hechos.
¿Para qué apareció el ángel previamente? ¿Qué vino a hacer?
Vino para preparar las apariciones de Nuestra Señora, para hacerles a los pastorcitos una catequesis especialmente sobre la eucaristía y para darles la comunión.
Y finalmente para dictarles la devoción de Reparación al Corazón Eucarístico de Jesús, que francamente se nos pasa hoy por alto.
Estas apariciones del Ángel de la Paz tuvieron una fuerte impresión en los pastorcitos.
Hubo una manifestación inicial del ángel en 1915 y 3 apariciones en 1916, que fueron preparatorias a las 6 que les hizo la Santísima Virgen en 1917.
En algún momento entre abril y octubre de 1915 Lucía fue a pastar las ovejas con sus primos a la Colina de Cabeço.
Y mientras estaban orando, de repente apareció una figura esfumada en el aire, ante los árboles, que parecía una estatua de nieve fabricada por las nubes, casi transparente a los rayos del sol.
Siguieron orando con los ojos fijos en la figura, y cuando terminaron la figura desapareció.
Más tarde Lucía reconocería en esa figura nebulosa al ángel qué se les aparecería tres veces en 1916.
Los nombres que él se adjudicaría serían Ángel de Portugal y Ángel de la Paz.
La Primera aparición fue en la primavera de 1916, mientras cuidaban sus ovejas en Loca de Cabeço.
Fue después que habían terminado de rezar el Rosario, en la versión muy abreviada que ellos hacían.
El ángel era un joven de unos 14 años y su figura era transparente y luminosa.
Al llegar junto a ellos dijo: “No teman. Soy el Ángel de la Paz. ¡Oren conmigo!”
Y arrodillado en tierra inclinó la frente hasta el suelo y los pastorcitos lo imitaron.
Y llevados por un movimiento sobrenatural repitieron la oración que dijo, que es parte de la coronilla que te publicamos más abajo.
Después de repetirla tres veces se levantó y dijo:
“Oren así. Los corazones de Jesús y María están atentos a la voz de sus súplicas” y desapareció.
En la segunda aparición los pastorcitos estaban a la sombra de los árboles que rodeaban el pozo de la quinta Arneiro.
Y el Ángel apareció junto a ellos y le dijo, “¿Qué están haciendo? ¡Recen! ¡Recen mucho!
Los corazones de Jesús y de María tienen sobre ustedes designios de misericordia.
¡Ofrezcan constantemente oraciones y sacrificios al Altísimo!”
“¿Cómo hemos de sacrificarnos?”, preguntó Lucía.
Y contestó, “de todo lo que puedan ofrezcan un sacrificio como acto de reparación por los pecados, por los que Él es ofendido, y de súplica por la conversión de los pecadores.
Atraerán así la paz sobre su patria.
Yo soy el Ángel de su Guardia, el Ángel de Portugal.
Sobre todo, acepten y soporten con sumisión el sufrimiento que el Señor les envíe».
Y en la tercera aparición les hizo una breve catequesis sobre la eucaristía.
Apareció con un Cáliz en sus manos, sobre el que estaba suspendida una Hostia, de la cual caían gotas de sangre sobre Cáliz.
Y dejando el Cáliz y la Hostia suspendidos en el aire, se postró en tierra y repitió tres veces la otra oración de la coronilla, que veremos más abajo.
Y después levantándose, tomó de nuevo en la mano el Cáliz y la Hostia, le dio la Hostia a Lucía, y el contenido del Cáliz lo dio a beber a Jacinta y Francisco, diciendo al mismo tiempo,
“Tomen el Cuerpo y beban la Sangre de Jesucristo, horriblemente ultrajado por los hombres ingratos. Reparen sus pecados y consuelen a su Dios.”
Y de nuevo se postró en tierra y repitió con ellos por tres veces la misma oración, y desapareció.
La oración que el Ángel les enseñó había sido una preparación para la comunión y acción de gracias.
La gota de sangre que caía del cáliz representaba la comunión bajo las dos especies, y además el sacrificio de Jesús en la cruz.
Lucía ya había recibido la primera comunión, por eso tomó la hostia, pero Francisco y Jacinta aún no.
Y la explicación de por qué Jacinto y Francisca bebieron el cáliz parece relacionarse con que el cáliz es la imagen bíblica del sufrimiento, cuando Jesús preguntó a los apóstoles Juan y Santiago si estaban dispuestos a beber el mismo cáliz que Él.
Y señaló el destino que pronto tendrían Jacinta y Francisco, que morirían a una edad muy temprana, en medio de sufrimientos que entregaron al Señor.
A partir de estas dos oraciones rezadas por el ángel tenemos la Coronilla de Reparación de Fátima.
Que tiene por objetivo expiar las ofensas hechas a Dios, pedir perdón y reparar el daño que el pecado y las ofensas han causado en el mundo, ofreciendo nuestra propia adoración a Jesús.
También se usa para orar por los pobres pecadores y aquellos que no creen en Dios, para que lleguen a conocerlo y amarlo.
Y además para orar por aquellos que no creen en la Presencia Real y que profanan la Sagrada Eucaristía, pidiendo por su conversión, y que lleguen a creer en este Sacramento y en todas las verdades que enseña la Iglesia.
Además, cuando reparamos por nuestros pecados y los de los demás, estamos trabajando para reparar el daño que hemos causado y para prepararnos para la vida eterna.
La Coronilla de Reparación se reza con un rosario normal, comenzando con el Credo de los Apóstoles y un Padrenuestro, tres Avemarías y un Gloria.
Luego, en las cuentas grandes, se reza la oración de reparación,
“Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los sagrarios del mundo.
En reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias que le ofenden, y por los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón y por el Inmaculado Corazón de María, ruego la conversión de los pobres pecadores”.
Y en las diez cuentas pequeñas de cada decena, se dice la Oración del Perdón,
“Dios mío creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman”.
Y al final de la coronilla se repite 3 veces, “Corazón agonizante de Jesús, Reparo toda irreverencia contra tu Corazón Eucarístico. Amén”.
Bueno hasta aquí, lo que queríamos hablar sobre las apariciones del Ángel de la Paz en Fátima y la oración de Reparación que les dictó, para reparar las ofensas que los seres humanos infligen hoy a Dios.