El Padrenuestro.
El Padrenuestro u oración dominical saca su excelencia de su autor, que no es hombre ni ángel, sino el Rey de los ángeles y de los hombres, Jesucristo. “Era necesario –dice San Cipriano– que quien venía como Salvador a darnos la vida de la gracia nos enseñara también, como celestial Maestro, el modo de orar.” La sabiduría del divino Maestro se manifiesta claramente en el orden, la dulzura, fuerza y claridad de esta divina plegaria. Es corta, pero rica en enseñanzas. Es accesible a los ignorantes, pero llena de misterios para los sabios.
(El Secreto Admirable del Santísimo Rosario, San Luis M. Grignion de Montfort)
Comentario:
El Autor del Padrenuestro es Dios mismo, por eso no puede haber una oración más perfecta para los hijos de Dios, ya que en el Padrenuestro pedimos todo lo necesario para la gloria de Dios y el bien de las almas.
Pedimos que Dios sea glorificado, es decir, que todo sea para la mayor gloria de Dios. Pedimos también para que venga el Reino de Dios a la tierra y a nuestra alma. Y pedimos que se haga la voluntad divina en la tierra como en el Cielo. Y luego pedimos también por todas nuestras necesidades, y todo lo pedimos en plural, es decir, como iglesia, como pueblo de Dios, como hijos que piden al Padre.
¡Qué eficacia tiene el Santo Rosario, porque en él está el Padrenuestro y el Avemaría, oraciones más perfectas que estas no pueden existir! Y nosotros las rezamos muchas veces mientras desgranamos las cuentas del Rosario.
¿Qué dones nos puede obtener el rezo frecuente de estas oraciones? ¿Qué dones admirables e increíbles nos obtiene el rezo diario del Rosario? Solo en el Cielo veremos los maravillosos frutos del Rosario que hemos rezado con perseverancia todos los días de nuestra vida terrena.