Historia
La fiesta de Santa María Mediadora de todas las Gracias la instituyó el papa Benedicto XV en el año 1921. Celebramos su fiesta el día 7 de noviembre.
El Concilio Vaticano II ha escrito sobre esta condición de mediadora de la Santísima Virgen:
«María, asunta a los cielos, no ha dejado su misión salvadora, sino que con su múltiple intercesión continúa obteniéndonos los dones de la salvación eterna.
Con su amor materno cuida de los hermanos de su Hijo, que todavía peregrinan y se hallan en peligros y ansiedad hasta que sean conducidos a la patria bienaventurada.
Por este motivo, la Santísima Virgen es invocada en la Iglesia con los títulos de Abogada, Auxiliadora, Socorro, Mediadora.
«Lo cual, sin embargo, ha de entenderse de tal manera que no reste ni añada nada a la dignidad y eficacia de Cristo, único Mediador» (LG 62).
Analicemos la lectura del Evangelio según San Juan 9, 25-27:
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre,
la hermana de su madre, María de Cleofás y María la Magdalena.
Jesús, al ver a su madre, y cerca al discípulo que tanto quería,
dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo».
Luego dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre!»
Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.
Jesús en cada palabra nos quiere decir algo, y aquí nos demuestra claramente la relación que deja entre su Madre y San Juan, que seríamos todos nosotros. «Mujer, ahí tienes a tu hijo», discípulo «Ahí tienes a tu madre!».
Finalmente, como concluye el Concilio,
«la Iglesia no duda en confesar esta función subordinada de María, la experimenta continuamente y la recomienda a la piedad de los fieles, para que, apoyados en esta protección maternal, se unan con mayor intimidad al Mediador y Salvador» (LG 62).