MARÍA, MADRE DE LA INOCENCIA.
María, Madre de la Inocencia, tú que fuiste la primera gestada en ella,
alcánzanos la gracia para que renazca en nosotros la confianza de los niños en su entrega.
Tu que partiste hacia el encuentro de Isabel para
acompañarla en la espera de Juan Bautista, enséñanos a estar disponibles para acompañar las esperas propias y ajenas, manteniendo la inocencia que lleva a la esperanza de la vida Eterna
.
Tu que conociste el dolor de tantas madres que
perdieron a sus hijos cuando huiste a Egipto para proteger al niño Jesús, modela nuestros corazones para comprender y consolar a las madres que sufren la muerte injustas e
inesperadas.
Amada María, Madre de la Inocencia, danos el gusto por
imitar a tu Hijo, dejando que los niños vengan a nosotros, aprendiendo de ellos para hacernos como ellos y entrar así en el Reino de los Cielos.
Oh María, Madre de la Inocencia, bajo tu amoroso manto
cobija a quienes heridos en la inocencia del cuerpo y del alma acudimos a ti buscando ser liberados, reconfortados, pacificados y sanados.
Dulce Madre, ilumínanos, pues queremos ser instrumentos de bondad y reconocer en
la mirada de cada hermano la necesidad de recobrar la inocencia arrebatada.
María, Madre de la Inocencia, que permaneciste fiel en la
entrega del Inocente, ruega por nosotros, tus hijos. Amén.