Cuando la Virgen oraba al Padre de los cielos, teniendo a Jesús en sus brazos, le ofrecería aquel su Hijo recién nacido, que era todo para Ella, y con Él, as ofrecía por entero.
Cuando nosotros nos ofrezcamos a Dios, no nos reservemos nada para nosotros no limitemos nuestra entrega.
Que nuestra vida sea como la de María poseída por el Espíritu Santo.
==MARÍA QUE CONDUCES A TUS HIJOS PARA VENCER CON ENÉRGICA DETERMIMACIÓN EL PECADO, IMPÚLSANOS A PONER NUESTROS TALENTOS Y HABILIDADES, NUESTRO TIEMPO Y TODO LO QUE POSEEMOS AL SERVICIO DE DIOS==
Padre Nuestro. . .
Ave María. . .
Gloria. . .
(Padre Alfonso Milagro)