Madre de Dios
La Iglesia alaba a María como Madre, en todos los continentes. La descubre en cada sitio, en diferentes virtudes. La busca con nombres, la admira entre oraciones. Virgen de Fátima, Virgen del Milagro, Virgen de Copacabana.
En la tierra y en el cielo, María es Virgen del Valle, Virgen de las Nieves, Virgen de Loreto, siempre Madre de Dios. ¡Qué bendición poder encontrarla en cada advocación!
Que en cada Ave María tengamos presente que ella es nuestro Pilar, la Mediadora de todas las gracias. Que al rezar, seamos testigos de un nuevo Pentecostés.
Que Nuestra Señora de la Paz nos ayude a frenar la marcha, tomar aire y sentir el soplo del Espíritu Santo, que hace nuevas todas las cosas.
Así sea