"Espíritu Santo, don de ciencia, te pido que me enseñes a ver el mundo con tus ojos. Ayúdame a mirar cada cosa creada con una mirada profunda, descubriendo en ella tu belleza y tu presencia. Que pueda ver en cada criatura una chispa de tu amor, y que la maravilla de lo que has hecho me acerque más a Ti.
Haz que este don crezca en mí, para que no me apegue a nada ni me obsesione con los bienes de esta tierra. Que todo lo que vea y toque me lleve a reconocer tu grandeza, como hizo San Francisco al ver en cada cosa un reflejo de tu amor.
Espíritu de Dios, transforma mi corazón, para que en todo lo que me rodea encuentre un motivo de gratitud y alabanza. Que cada cosa me hable de Ti y me acerque más a tu amor.
Amén."