P. Slavko Barbarić, ofm.
¡Ahora, Jesús, te pido por la sanación física de mis familiares y seres queridos!
ORACIÓN A LA VIRGEN DE LOS ANGELES DE COSTA RICA
Protégenos en todos los momentos de nuestra vida
Cuando sabes que tu madre del cielo María te protege y protege a tu país, es fácil pensar en ella y pedirle a ella por todas las necesidades, grandes y pequeñas, que van surgiendo en el camino de la vida.
Es lo que viven los costarricenses orgullosos de su patrona, la Virgen de los Ángeles, a quien rezan con fe esta oración:
Oh Soberana Reina de los Ángeles,
Madre amorosísima que te dignaste
escoger a nuestra amada Patria
para que fuera el trono de tus misericordias,
te damos gracias por los innumerables beneficios
recibidos de tu intercesión poderosa
y te suplicamos que nos protejas
en todos los momentos de nuestra vida,
sobre todo cuando nos aflijan las preocupaciones;
a esa hora, Oh Virgen y Madre de Dios,
haz valer tus prerrogativas de Reina y de Madre
ante la Santísima Trinidad;
socórrenos desde el cielo con amor de Madre
y con esplendidez de Reina.
Vela por nuestra amada patria,
Oh Reina Soberana de los Ángeles
y sálvala por amor a Cristo,
Nuestro Rey y Señor.
AMEN.
ORACION A SAN CIPRIANO PARA SACARSE EMBRUJOS
¡Oh, glorioso san Cipriano!,
fortaléceme en estos difíciles momentos,
tú que fuiste defensor contra todo maleficio
de hombres y espíritus diabólicos,
de serpientes y animales venenosos
y de todo hechizo y hechicería,
defiéndeme, líbrame, protégeme
de todo mal, magia, maldad y enemigo.
Oh, bendito san Cipriano,
yo a ti acudo, a ti clamo y suplico
que me libres de todos los daños,
conocidos y por conocer.
Te pido que me preserves de todo peligro
ya sea próximo o lejano,
líbrame de encantamientos,
de toda maldición, conjuro o hechicería,
que ni envidias ni malos ojos,
ni traiciones ni magia negra
perjudiquen mi vida ni me lastimen.
Te ruego me des tu amparo
y que desarmes a todos mis enemigos,
carnales y descarnados,
que me salves cuando sea perseguido,
que interpongas para con Dios,
tu influencia y santidad
para que ningún maleficio o influjo
me pueda dañar y afectar.
Te llamo e imploro con todo mi ser
hagas que pueda vencer
en las duras batallas por las que paso,
que hoy y siempre me vea libre
de malas gentes, de malos deseos,
de odios, celos y rencores,
que tu santa protección me acompañe
y tu poder me defienda,
que tu patrocinio me resguarde
en todo mal momento y situación.
San Cipriano, dame tu bendición,
tiende tus manos y dame tu favor,
haz que consiga remedio
en esto que me atormenta y lastima,
en esto que es causa de mi amargura:
(decir el problema y lo que se desea conseguir).
Concédeme poderoso san Cipriano
los beneficios de tu mediación
y corta y elimina el mal a mi alrededor,
que me vea libre y alejado
de todo lo que me impide avanzar
y llegue a mí y a mi hogar paz y tranquilidad,
para que así pueda seguir alabando
por siempre al Altísimo.
Que El me llene de paz,
de justicia y de amor,
en medio de mis tribulaciones
y que un día nos encontremos todos
en el Reino de los Cielos.
Con fe te he acudido a ti,
venerado san Cipriano,
tengo seguridad que me has escuchado,
con esperanza he solicitado tu ayuda,
y confío en recibirla en breve,
gracias te doy por ello.
Por Jesucristo nuestro Maestro,
nuestro hermano y buen Señor.
Amén. +
Rezar con mucha devoción tres Padrenuestros,
tres Avemarías y tres Glorias.
Repetir la oración y los rezos tres días seguidos.
Es aconsejable prender una vela blanca durante su rezo.
ORACIÓN PARA PEDIR AYUDA A LAS ALMAS DEL PURGATORIO
Dios Padre Eterno, Dios de amor lleno de infinita misericordia,
te ruego con todo mi corazón y con gran humildad
perdones a las pobres almas que vagan por el Purgatorio,
te pido te apiades de las ánimas que están cautivas,
y que, por medio de tu mucha compasión y bondad
hagas posible que obtengan su pronta liberación,
que puedan dejar de sufrir y cuanto antes gozar del Cielo.
Oh Virgen Santa, María, Madre del Señor,
Tú que eres consoladora de los afligidos
acoge bajo tu protección a las Almas que están en el Purgatorio,
escucha en tu compasivo corazón sus tristes lamentos y padecimientos
y por el poder que te otorgó Tu Hijo Jesús
intercede ante Dios para que sean rotas sus cadenas
y así puedan verse libres de las angustias que allí padecen.
Queridas Almas que vagan por el Purgatorio
y pasan por penas y sufrimientos,
tengo confianza en vuestro poder
para llevar mis sinceras súplicas ante el trono de Dios,
pues sé que son escuchadas eficazmente por El;
Almas santas, almas purgantes, orad a Dios por nosotros,
que nosotros rogaremos por vosotras
para que el Altísimo, en su infinita misericordia,
os conceda la gloria del Paraíso.
Oh benditas ánimas sabias y entendidas,
presentad ante Dios nuestras peticiones,
vosotras que no desamparan a los corazones abatidos,
ni a los que desesperan y se angustian por sus problemas,
ayudadme a salir de tanta adversidad
y a calmar el dolor que siento por no tener paz y felicidad.
Por el amor de Dios os suplico me escuchen,
orad por mis necesidades y alcanzadme esta gracia,
que yo rogaré para que subáis cuanto antes a los Cielos
y estéis muy cerca de Dios, la Virgen y la Corte Celestial.
(pedir confiadamente lo que se desea conseguir).
Con la ayuda del Padre Eterno y vuestras oraciones,
saldremos victoriosos en nuestras dificultades y problemas,
y alcanzaremos de la Divina Misericordia
el consuelo, alivio y remedio que tanto ansiamos
para nuestras graves adversidades y necesidades.
No os olvidéis, benditas ánimas del Purgatorio,
de los que con fe y esperanza os invocamos,
yo prometo hacer esta oración durante nueve días
y después teneros presente y agradecer vuestros favores
prendiendo velas para daros luz,
y sobre todo, seguiré pidiendo por vosotras
para que encontréis el camino a la paz de los Cielos
y alcancen el descanso junto al amoroso y bondadoso Dios.
En vuestras manos deposito mi confianza
pues sé que pediréis por mis desesperadas necesidades,
y aunque es muy difícil, casi imposible,
sé que con constancia y fe y vuestras oraciones
puedo lograrlo en breve tiempo.
Benditas seáis mis Almas del Purgatorio,
os agradezco de corazón por estar cuando os necesito
y deseo que pronto lleguéis a vuestro feliz destino final.
Oh Soberano Dios, Creador de todas las cosas,
vuelve tus ojos de clemencia hacia las Almas del Purgatorio
y envía a tus Ángeles para que las saquen de ahí,
perdona sus culpas y dales tu amparo
para que no estén privadas de tu Divina Presencia;
que tu infinita y gran misericordia las lleve al descanso,
para que en la perpetua paz brille sobre ellas la eterna Gloria,
y a nosotros danos gracia, favorécenos con tus soberanos auxilios,
para que guardando los Santos Mandamientos
no padezcamos la pena del desamparo y la falta de consuelo.
Oh Santísima Virgen María, comprensiva y complaciente,
a Ti Divina Madre acudimos para pedirte seas intercesora
ante el Tribunal Justísimo de Dios
y allí pidas a Tu Hijo Jesús por el alivio y consuelo
de las pobres almas del Purgatorio,
para que sean liberadas de sus penas, tormentos y aflicciones
y las lleve a los eternos descansos de su gloria.
Ruega también por nosotros,
para que sea benevolente con nosotros
y nos conceda el particular favor
que con toda esperanza hemos pedido en esta oración.
Señor líbranos del pecado y no nos dejes caer en tentación,
para que no cayendo en el precipicio de la culpa
nos liberemos de semejantes tormentos
y te alabemos y te glorifiquemos en la Patria Celestial.
Así sea, así se haga realidad lo que pido.
Reza ahora, con gran devoción y recogimiento, tres Padrenuestros, un Avemaría y un Gloria.
Así como se busca la ayuda de las Almas del Purgatorio, ellas también necesitan de nuestra devoción a través de la oración; así que no hay que olvidarse solo de pedir sino también de dar, y se verá como el favor será concedido de la mejor manera y antes de lo que se piensa.
ORACIÓN A LA VIRGEN DEL CARMEN
Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario, por lo que su Divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo, el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que te pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria y bien de mi alma; que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa.
Quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente y uniendo mi voz con sus afectos, te saludo una y mil veces diciendo: (Tres Avemarías).
Virgen Santísima del Carmen, yo deseo que todos sin excepción, se cobijen bajo tu sombra protectora de tu Santo Escapulario y que todos estén unidos a Ti Madre Mía, por los estrechos y amorosos lazos de ésta tu querida insignia.
¡Oh Hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante su sagrada imagen y concédenos benigna tu amorosa protección. Te encomiendo las necesidades de nuestro Santísimo Padre el Papa y la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos.
Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores, herejes y cismáticos, cómo ofenden a tu Divino Hijo y a tantos infieles cómo gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre Mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Amén.
SÚPLICA PARA TIEMPOS DIFÍCILES
"Tengo mil dificultades: ayúdame.
De los enemigos del alma: sálvame.
En mis desaciertos: ilumíname.
En mis dudas y penas: confórtame.
En mis enfermedades: fortaléceme.
Cuando me desprecien: anímame.
En las tentaciones: defiéndeme.
En horas difíciles: consuélame.
Con tu corazón maternal: ámame.
Con tu inmenso poder: protégeme.
Y en tus brazos al expirar: recíbeme.
Virgen del Carmen, ruega por nosotros.
Amén."
ACCIÓN DE GRACIAS Y OFRECIMIENTO
¡Oh Virgen Santa del Carmen! Jamás podremos corresponder dignamente a los favores y gracias que nos has hecho al darnos tu santo Escapulario. Acepta nuestro sencillo, pero hondamente sentido, agradecimiento y, ya que nada te podemos dar que sea digno de Ti y de tus mercedes, ofrecemos nuestro corazón, con todo su amor, y toda nuestra vida, que queremos emplear en el amor y servicio de tu Hijo Señor nuestro, y en propagar tu dulce devoción, procurando que todos nuestros hermanos en la fe, con los cuales la divina Providencia nos hace convivir y relacionar, estimen y agradezcan tu gran don, vistiendo el santo Escapulario, y que todos podamos vivir y morir en tu amor y devoción. Amen.
GOZOS A LA VIRGEN DEL CARMEN
Prodigioso y admirable
Imán de nuestro desvelo;
Nubecilla del Carmelo,
Sednos protectora y Madre.Salve, Reina de los, cielos,
De misericordia Madre,
Vida y dulzura divina;
Esperanza nuestra, Salve;
Nubecilla etc.Dios te Salve, Templo hermoso
Del divino Verbo en carne,
Sálvete Dios, Madre Virgen,
Pues eres Virgen y Madre;
Nubecilla etc.Volvednos, Madre piadosa,
Vuestros ojos admirables,
Y mirad por vuestros hijos,
Pues que sois piadosa Madre;
Nubecilla etc.Socorrednos, pues escucha
Que en las penas y combates
A ti suspiramos todos
En este lloroso valle;
Nubecilla etc.Mostradnos a vuestro Hijo
De Josafat en el Valle,
Piadoso, pues que nació
De ese cristal admirable;
Nubecilla etc.Rogad por vuestros devotos
A la bondad inefable;
Pues murió para salvarnos,
Por su clemencia nos salve;
Nubecilla del Carmelo,
Sednos protectora y Madre.
V. Ruega por nos, santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.
ORACIÓN
Oh Dios, que adornaste a la Orden de la Beatísima siempre Virgen y Madre tuya María con el singular título del Carmelo: concede propicio que escudados con los auxilios de aquella cuya conmemoración celebramos, seamos dignos de llegar a los gozos eternos. Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos. Así sea.
Concluir cada día con tres avemarías.
LA IMPORTANCIA DE LA ORACIÓN.
A través de la oración el alma se arma para enfrentar cualquier batalla. En cualquier condición en que se encuentre un alma, debe orar. Tiene que rezar el alma pura y bella, porque de lo contrario perdería su belleza; tiene que implorar el alma que tiende a la pureza, porque de lo contrario no la alcanzaría; tiene que suplicar el alma recién convertida, porque de lo contrario caería nuevamente; tiene que orar el alma pecadora, sumergida en los pecados, para poder levantarse. Y no hay alma que no tenga el deber de orar, porque toda gracia fluye por medio de la oración. (Santa Faustina Kowalska. Diario #146)
CONSAGRACIÓN DE LAS FAMILIAS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS.
La Oración dice así: «Señor mío y Dios mío, Jesucristo, ofrecemos a Tu Corazón Sagrado nuestra casa y nuestras personas por el Corazón Inmaculado de María. Hoy muchos Te arrojan de su vivienda, familia y trabajo; nosotros, como Zaqueo y Lázaro, Te recibimos en nuestro hogar. Quédate con nosotros para siempre.
Señor Jesús, danos la fe, aumenta nuestra esperanza y caridad para hacer el bien a todos en el camino a la Casa del Padre, conducidos por el Espíritu Santo.
Bendito seas por siempre, Señor. Amén.»
Y ahora vamos a hacer una invocación al Espíritu Santo por las familias. Dice así: «Espíritu Santo, Te pedimos desciendas sobre nuestras familias. Da consistencia al vínculo de los matrimonios que se han unido con un lazo indisoluble. Santifica con Tu Poder Divino su amor débil y humano para que se mantenga constante en las pruebas de la vida. Haz que se amen con amor ininterrumpido, dispuestos a sacrificarse uno por el otro. Asiste a los padres para que eduquen bien a sus hijos. Infunde Amor en las familias. Realiza el Milagro de nuestro tiempo, Tu Milagro: las familias santas; ellas dan testimonio de Cristo y para Cristo. Despierta lo que en las familias está dormido. Reaviva lo que está muerto. Haz Luz donde reine la oscuridad y la duda. Caldea lo que está falto de amor. Une lo que amenaza resquebrajarse y fortalece buenos comienzos..
Espíritu Santo, Tú santificaste la Familia de Nazareth. Santifica también nuestras familias. Moldéalas a Su Ejemplo, según Tu Modelo, a fin de que sean como Aquella, un Reflejo de la Trinidad. Amén. Amén.»
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos.
Amén.
TREINTENA EN HONOR AL PATRIARCA SAN JOSÉ.
(Se reza por 30 días seguidos)
Devoción de los treinta días en honor a los 30 años que San José vivió como padre putativo del Verbo Encarnado.
Santa Teresa de Jesús decía: «Quería yo persuadir a todos fuesen muy devotos de este glorioso Santo, por la experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios. No he conocido persona que de veras le sea devota y haga particulares servicios que no la vea más aprovechada en la virtud»
Oh amabilisimoPatriarca San José. Desde el abismo de mi pequeñez y miseria os contemplo con emoción y alegría de mi alma en vuestro trono del cielo, como gloria y gozo de los bienaventurados, pero también como padre de los huérfanos en la tierra, consolador de los tristes, amparador de los desvalidos, auxiliador de los Ángeles y Santos ante el trono de Dios, de vuestro Jesús y de vuestra santa Esposa.
Por eso yo, pobre, desvalido, triste y necesitado, a vos dirijo hoy y siempre mis lagrimas y penas, mis ruegos y clamores del alma, mis arrepentimientos y mis esperanzas y hoy especialmente os traigo ante vuestro altar y vuestra imagen, una pena que consoléis, un mal que remediéis, una desgracia que impidáis, una necesidad que socorráis, una gracia que obtengáis para mí y para mis seres queridos.
Y para conmoveros y obligaros a oírme y conseguírmelo, os lo pediré y demandare durante treinta días continuos, en reverencia a los treinta años que vivisteis en la tierra con Jesús y Maria y os lo pediré, urgente y confiadamente invocando todos los títulos que tenéis para
compadeceros de mi, y todos los motivos que tengo para esperar que no dilatareis el oír mi petición y remediar mi necesidad; siendo tan cierta mi fe en vuestra bondad y poder, que al sentirla os sentiréis también obligado a obtener y darme más aun de lo que os pido y deseo.
Os lo pido por la bondad divina que obligo al Verbo Eterno a encarnarse y nacer en la pobre naturaleza humana, como Hijo de Dios, Dios hombre y Dios del hombre.
Os lo ruego por vuestra resignación dolorosísima para buscar un establo y un pesebre para palacio y cuna de Dios nacido entre los hombres.
Os lo imploro por la dolorosa y humillante circuncisión de vuestro Jesús, y por el Santo, glorioso y dulcísimo nombre que le impusisteis por orden del Eterno.
Os lo demando por vuestro sobresalto al oír del ángel la muerte decretada contra vuestro Hijo Dios, por vuestra obedientisima huida a Egipto, por las penalidades y peligros del camino, por la pobreza extrema del destierro y por vuestras ansiedades al volver de Egipto a Nazaret.
Os lo pido por vuestra aflicción dolorosísima de tres días al perder a vuestro Hijo y por vuestra consolación suavísima, al encontrarle en el Templo y por vuestra felicidad inefable de los treinta años que vivisteis en Nazaret con Jesús y Maria, sujetos a vuestra autoridad y providencia.
Os lo ruego y espero por el heroico sacrificio con que ofrecisteis la victima de vuestro Jesús al Dios Eterno para la Cruz y para la muerte por nuestros pecados y nuestra Redención.
Os lo demando por la dolorosa previsión que os hacia todos los días contemplar aquellas manos infantiles taladradas después en la cruz por agudos clavos; aquella cabeza que se reclinaba dulcísimamente sobre vuestro pecho coronada de espinas; aquel cuerpo divino que estrechabais contra vuestro corazón, desnudo, ensangrentado y extendido sobre los brazos de la cruz; aquel último momento en que le veíais expirar y morir.
Os lo pido por vuestro dulcísimo transito de esta vida en brazos de Jesús y Maria y vuestra entrada ene l limbo de los justos y al fin en el cielo.
Os lo suplico por vuestro gozo y vuestra gloria cuando contemplasteis la Resurrección de vuestro Jesús, su subida y entrada en los cielos y su trono de Rey inmortal de los siglos.
Os lo demando por vuestra dicha inefable cuando visteis salir del sepulcro a vuestra Santísima Esposa resucitada y ser subida a los cielos por los Ángeles y coronada por el Eterno y entronizada en un solio junto al vuestro.
Os lo pido, y ruego, y espero confiadamente por vuestros trabajos, penalidades y sacrificios en la tierra, y por vuestros triunfos y glorias y feliz bienaventuranza ene l Cielo con vuestro Hijo Jesús y vuestra esposa Santa Maria.
¡Oh, mi buen Patriarca San José! Yo, inspirado en las enseñanzas de la Iglesia Santa y de sus doctores y teólogos, y en el sentido universal y cristiano, siento en mi una fuerza misteriosa que me alienta y obliga a pediros, suplicaros y esperar me obtengáis de Dios la grande y extraordinaria gracia que voy a poner ante vuestra imagen y ante vuestro trono de bondad y poder en el cielo.
(Aquí levantando el corazón a lo alto, se le pedirá al santo, con amorosa instancia la gracia que se desea)
Obtenedme también para los míos y los que me han pedido ruegue por ellos, todo cuanto desean y les es conveniente.
San José, rogad por nosotros para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
¡Oh, Dios! que con inefable providencia te dignaste escoger al bienaventurado San José por Esposo de tu Madre Santísima, concédenos que, pues le veneramos como protector en la tierra, merezcamos tenerle como intercesor en los cielos. ¡Oh, Dios! Que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amen
ORACIONES PARA COMENZAR EL DIA.
1.- Oración para bendecir el día.
En el nombre del Señor Jesucristo comenzaré este día. Te agradezco Señor por cuidar de mí durante la noche, haré todo lo posible para que todas mis acciones del día te honren a Ti y a Tu Voluntad.
Querida Madre María, vigílame durante el día. Ángel de la Guardia, cuídame. San José y todos los santos de Dios, rueguen por mí.
Por el Santísimo Nombre de Jesús.
Amén.
2.- SURGIENDO DEL SUEÑO.
Oh Señor y Dios santo, que estás más allá de nuestro entendimiento: En tu palabra, la luz salió de las tinieblas. En tu misericordia, nos has dado descanso durante el sueño nocturno, y nos has levantado para glorificar tu bondad y para ofrecerte nuestra súplica.
Ahora, en tu tierno amor, acepta que te adoremos y te demos gracias de todo corazón. Concédenos todas nuestras peticiones si ellas conducen a la salvación. Danos la gracia de manifestar que somos hijos de luz y del día, y herederos de tu eterna recompensa.
En la abundancia de tus misericordias, oh Señor, recuerda a todo tu pueblo, todos los presentes que rezan con nosotros, todos nuestros hermanos en la tierra, en el mar o en el aire, en todo lugar de tu dominio, que invocan tu amor por la humanidad.
Sobre todos, derrama tu gran misericordia, para que nosotros, salvos en cuerpo y en alma, podamos perseverar infaliblemente, y que, en nuestra confianza, podamos ensalzar tu exaltado y bendito nombre: Padre, Hijo y Espíritu Santo, siempre, ahora y para siempre.
Por el Santísimo Nombre de Jesús.
Amén
3.- EL REZO DE LA BUENA MAÑANA.
¡Buenos días, Dios! Tú estás anunciando otro día, intacto y nuevo.
Así que aquí estoy para pedirte, Dios mío, que me renueves también.
Perdona los muchos errores que cometí ayer y déjame intentarlo de nuevo, querido Dios, y así para caminar más cerca en tu camino.
Pero Señor, soy muy consciente, no puedo hacerlo por mi cuenta; así que toma mi mano y mantenla apretada, porque no puedo caminar solo.
Por el Santísimo Nombre de Jesús.
Amén
4.- OFRECIMIENTO DE LA MAÑANA AL SAGRADO CORAZÓN.
Oh Jesús, a través del Inmaculado Corazón de María, te ofrezco mis oraciones, obras, alegrías y sufrimientos de este día por todas las intenciones de tu Sagrado Corazón, en unión con el Santo Sacrificio de la Misa en todo el mundo, en reparación por mi pecados, por las intenciones de todos nuestros asociados, y en particular por las intenciones de nuestro Santo Padre para este mes.
Por el Santísimo Nombre de Jesús.
Amén
5.- LA ORACIÓN DE LA MAÑANA.
Te adoro, oh Dios mío, y te amo de todo corazón.
Te doy gracias por haberme creado, por haberme hecho cristiano y por haberme preservado esta noche.
Te ofrezco las acciones de este día. Concédenos que todos ellos sean de acuerdo con Tu santa Voluntad, y por Tu mayor gloria.
Sálvame del pecado y de todo mal.
Que tu gracia esté siempre conmigo.
Por el Santísimo Nombre de Jesús.
Amén.
6.- SEÑOR, UN DÍA MÁS PARA AMARTE.
¡Señor, un día más para amarte!
Oh Jesús, cuida siempre de mí, especialmente hoy, o podría terminar traicionándote como Judas.
¡Señor, hoy es el día que empiezo!
Jesús, brilla a través de mí y que cada persona con la que tenga contacto pueda sentir su presencia en mi alma.
¡Dios mío, envíame tu Santo Espíritu para enseñarme lo que soy y lo que eres!
Que la Pasión de Cristo esté siempre en nuestro corazón, para estar más con Él, y no sólo con uno mismo.
Por el Santísimo Nombre de Jesús.
Amén
7.- ENTREGA TUS CARGAS AL SEÑOR.
Padre, mi corazón está pesado. Siento que tengo que cargar con todo este peso solo.
Palabras como: Abrumado, angustiado y agotado parecen describir donde estoy.
No estoy seguro de cómo dejar de llevar esta pesada carga, así que por favor muéstrame cómo puedo lograrlo.
Cárgalo por mí. Déjame descansar y ser refrescado para que mi corazón no sea tan pesado por la mañana.
Por el Santísimo Nombre de Jesús.
Amén.
8.- SEÑOR, DESPIÉRTAME EN CUERPO Y ESPÍRITU.
Querido Señor, ayúdame a recordar qué diferencia hace hacer tiempo contigo una prioridad en las mañanas.
Despiértame en cuerpo y espíritu todos los días con el deseo de encontrarme contigo y escucharte decir palabras de afirmación, seguridad y sabiduría sobre mi corazón mientras me preparo para vivir mi día.
Por el Santísimo Nombre de Jesús.
Amén.
Señora y Madre nuestra: tu estabas serena y fuerte junto a la cruz de Jesús. Ofrecías tu Hijo al Padre para la redención del mundo.
Lo perdías, en cierto sentido, porque El tenía que estar en las cosas del Padre, pero lo ganabas porque se convertía en Redentor del mundo, en el Amigo que da la vida por sus amigos.
María, ¡qué hermoso es escuchar desde la cruz las palabras de Jesús: "Ahí tienes a tu hijo", "ahí tienes a tu Madre".
¡Qué bueno si te recibimos en nuestra casa como Juan! Queremos llevarte siempre a nuestra casa. Nuestra casa es el lugar donde vivimos. Pero nuestra casa es sobre todo el corazón, donde mora la Trinidad Santísima. Amén.
ORACIÓN POR UN ENFERMO DE CÁNCER.
Dios misericordioso, Dios de amor
te pido con todo mi corazón que sanes,
si esa es tu voluntad, a los enfermos de cáncer.
Toca Señor con tu poder sanador la parte
de su cuerpo donde se alojo este terrible mal,
Y ten compasión de todas las personas
que sufrimos con su dolor.
Te lo suplico mi Dios, dales la oportunidad
de seguir con vida si así dispones que sea.
Te suplicamos e imploramos tu misericordia
mi Dios de amor.
Gracias Dios por escuchar las oraciones
de todas las personas que pedimos y
seguiremos pidiendo por la salud de todos
y cada uno de ellos que padecen este terrible mal.
Por tu infinita misericordia ten compasión, amén.
Súplicas a nuestra Señora del Perpetuo Socorro en alivio de las almas del Purgatorio.
¡Oh Madre del Perpetuo Socorro! Tan grande es tu bondad, que no puedes descubrir miserias sin compadecerte. Mira, te suplicamos, con caritativos ojos las afligidas almas que sufren en el purgatorio, sin poderse procurar alivio alguno en sus tremendas penas, y muévete a compasión. Por tu piedad y por el amor que tienes a Jesús, te pedimos mitigues sus sufrimientos, y les procures eterno descanso. Pero ¡ah! ¡Cuán dolorosa debe ser para tu maternal corazón la conducta de innumerables cristianos, que dejan en el olvido a las pobres almas del purgatorio! ¡Esperan nuestros sufragios y apenas hay quien se acuerde de ellas! ¡O María! dígnate inspirar a todos los fieles una tierna y viva compasión por nuestros hermanos difuntos; comunícales un ardiente deseo de ofrecer por ellas obras satisfactorias, y ganar, en su favor, cuantas indulgencias les sean aplicables, a fin de que pronto vayan a gozar de Dios. Oye ahora las súplicas que por ellas te hacemos:
Para que salgan de aquella tenebrosa cárcel, imploramos tu perpetuo socorro, oh Madre de bondad.
Para que Dios les perdone la pena de sus pecados (*)
Para que se abrevie el tiempo de sus sufrimientos,
Para que se apaguen sus llamas abrasadoras,
Para que un rayo de luz celestial ilumine sus horrendas tinieblas,
Para que alcancen alivio en sus penas y amargas angustias,
Para que su tristeza se cambie en perpetua alegría, imploramos tu perpetuo socorro, oh Madre de bondad.
Para que se mitigue su ardiente sed de los bienes eternos, (*)
Para que se llenen pronto sus deseos vivísimos de entrar en la gloria.
Por las almas de nuestros padres e hijos,
Por las almas de nuestros parientes,
Por las almas de nuestros amigos,
Por las almas de nuestros bienhechores,
Por las almas que sufren en aquellas llamas por culpa nuestra,
Por las almas de aquellos, que en su vida nos hicieron sufrir,
Por las almas más desamparadas,
Por las almas que sufren mayores tormentos,
Por las almas que están más cerca de entrar en el cielo,
Por las almas que durante su vida te han amado más a ti y a tu divino Hijo,
Por las almas de aquellos que sufren hace más tiempo,
Por todas las benditas almas del purgatorio,
Por tu inefable misericordia,
Por tu inmenso poder, imploramos tu perpetuo socorro, oh Madre de bondad, (*)
Por tu maternal bondad,
Por tu incomparable maternidad,
Por tus preciosas lágrimas,
Por tus acerbos dolores,
Por tu santa muerte,
Por las cinco llagas de tu amado Hijo,
Por su dolorosísima muerte en el árbol de la Cruz,
Para que se apliquen con abundancia a los difuntos las súplicas de los vivos,
Para que la gloriosa legión de los santos las socorra sin cesar,
Para que los nueve coros de los ángeles las reciban con regocijo,
Para que tus ojos maternales les echen una mirada de compasión,
Para que las haga felices la vista de tu divino Hijo, Para que por la contemplación de la Santísima Trinidad sean bienaventuradas,
Para que se haga cada día más fervorosa nuestra devoción a las almas,
Para que se ofrezcan siempre más y más oraciones, indulgencias y obras satisfactorias por ellas,
Para que nosotros recibamos el premio eterno de nuestra devoción a las almas, imploramos tu perpetuo socorro, oh Madre de bondad.
Para que las almas, que hayamos librado del purgatorio, hagan un día lo mismo con nosotros, imploramos tu perpetuo socorro, oh Madre de bondad.
Oración: ¡Oh Madre compasiva del Perpetuo Socorro!, mira te ruego, a esas afligidas almas que la justicia de Dios tiene sumergidas en las llamas del purgatorio. Ellos son caros objetos del amor de tu divino Hijo; ellas lo han amado durante su vida, y al presente se abrasan en deseos de verle y poseerle; pero no pueden romper sus cadenas por sí mismas, ni salir del fuego terrible que las devora. ¡Conmueva tu tierno corazón la vista de su dolor! Dígnate consolar a esas almas que te aman y suspiran sin cesar por Ti; son hijas tuyas, muestra que eres para ellas Madre del Perpetuo Socorro. Visítalas, mitiga sus penas, abrevia sus sufrimientos, y apresúrate a librarlas alcanzando de tu divino Hijo les aplique los méritos infinitos del santo sacrificio que por ellas se celebra.
Amén.
Un Credo por los devotos.
OTRA ORACIÓN
¡Santísima Virgen María, que para inspirarme confianza habéis querido llamaros Madre del Perpetuo Socorro! Yo os suplico me socorráis en todo tiempo y en todo lugar; en mis tentaciones, después de mis caídas, en mis dificultades, en todas las miserias de la vida y, sobre todo, en el trance de la muerte. Concédeme, ¡oh amorosa Madre!, el pensamiento y la costumbre de recurrir siempre a Vos; porque estoy cierto de que, si soy fiel en invocaros, Vos seréis fiel en socorrerme. Alcanzadme, pues, la gracia de acudir a Vos sin cesar con la confianza de un hijo, a fin de que obtenga vuestro perpetuo socorro y la perseverancia final. Bendecidme y rogad por mí ahora y en la hora de mi muerte. Así sea.
¡Oh Madre del Perpetuo Socorro! Rogad a Jesús por mí, y salvadme.
¡Oh celestial y piadoso protector de los desamparados!
Guía de los de corazón solitario y buscador incansable del amor.
Ante ti, el día de hoy, levanto mis plegarias con fervor
Para que me concedas aquello por lo que yo y miles
Te somos ciegamente devotos.
Haz que el amor renazca en mi como flor en primavera y
Permíteme encontrar a ese ser en este mundo el cual
Estoy destinado a servirte hasta el fin de los tiempos.
Concédeme la alegría de compartir mi alma y dame
Dicha y prosperidad cuando eso suceda.
Amén.
Oración a San Miguel
San Miguel Arcángel: Defiéndenos en la pelea contra Satanás y sus demonios; sed nuestro amparo y protección; que el Altísimo os dé el poder y el permiso para que nos asistáis y que Dios haga oír su voz imperiosa para que expulse a Satanás y sus demonios que quieren hacer perder la humanidad. Que tu grito: “¿Quién como Dios?, ¡nadie es como Dios!”, someta a Satanás y sus demonios bajo nuestros pies. Amén.
SALMO 91
Tú que habitas al amparo del Altísimo, a la sombra del Todopoderoso, dile al Señor: mi amparo, mi refugio en ti, mi Dios, yo pongo mi confianza.
El te libra del lazo del cazador que busca destruirte; te cubre con sus alas y será su plumaje tu refugio.
No temerás los miedos de la noche ni la flecha disparada de día, ni la peste que avanza en las tinieblas ni la plaga que azota a pleno sol.
Aunque caigan mil hombres a tu lado y diez mil a tu diestra, tú permaneces fuera de peligro; su lealtad te escuda y te protege.
Basta que tengas tus ojos abiertos y verás el castigo del impío tú que dices: “Mi amparo es el Señor” y que haces del Altísimo tu asilo.
No podrá la desgracia dominarte ni la plaga acercarse a tu morada, pues ha dado a sus ángeles la orden de protegerte en todos tus caminos.
En sus manos te habrán de sostener para que no tropiece tu pie en alguna piedra; andarás sobre víboras y leones y pisarás cachorros y dragones.
Pues a mí se acogió, lo libraré, lo protegeré, pues mi Nombre conoció. Me llamará, yo le responderé y estaré con él en la desgracia.
Lo salvaré, y lo enalteceré. Lo saciaré de días numerosos. Y haré que siempre pueda ver Mi salvación, mi salvación.
Amen.
Coraza de San Patricio
Me levanto hoy por medio de poderosa fuerza, la invocación de la Trinidad, por medio de creer en sus Tres Personas, por medio de confesar la unidad, del Creador de la Creación.
Me levanto hoy por medio de la fuerza del nacimiento de Cristo y su bautismo, por medio de la fuerza de Su crucifixión y Su sepulcro, por medio de la fuerza de Su resurrección y asunción, por medio de la fuerza de Su descenso para juzgar el mal.
Me levanto hoy por medio de la fuerza del amor de Querubines, en obediencia de Ángeles, en servicio de Arcángeles, en la esperanza que la resurrección encuentra recompensa, en oraciones de patriarcas, en palabras de profetas, en prédicas de Apóstoles, en inocencia de Santas vírgenes, en obras de hombres de bien.
Me levanto hoy por medio del poder del cielo: luz del sol, esplendor del fuego, rapidez del rayo, ligereza del viento, profundidad de los mares, estabilidad de la tierra, firmeza de la roca.
Me levanto hoy por medio de la fuerza de Dios que me conduce: poder de Dios que me sostiene, sabiduría de Dios que me guía, mirada de Dios que me vigila, oído de Dios que me escucha, palabra de Dios que habla por mí, mano de Dios que me guarda, sendero de Dios tendido frente a mí, escudo de Dios que me protege, legiones de Dios para salvarme de trampas del demonio, de tentaciones de vicios, de cualquiera que me desee mal, lejanos y cercanos, solos o en multitud.
Yo invoco éste día todos estos poderes entre mí y el malvado, contra despiadados poderes que se opongan a mi cuerpo y alma, contra conjuros de falsos profetas, contra las negras leyes de los paganos, contra las falsas leyes de los herejes, contra obras y fetiches de idolatría, contra encantamientos de brujas, forjas y hechiceros, contra cualquier conocimiento corruptor de cuerpo y alma.
Cristo escúdame hoy contra filtros y venenos, contra quemaduras, contra sofocación, contra heridas, de tal forma que pueda recibir recompensa en abundancia.
Cristo conmigo, Cristo frente a mí, Cristo tras de mí, Cristo en mí, Cristo a mi diestra, Cristo a mi siniestra, Cristo al descansar, Cristo al levantar, Cristo en el corazón de cada hombre que piense en mí, Cristo en la boca de todos los que hablen de mí, Cristo en cada ojo que me mira, Cristo en cada oído que me escucha.
Me levanto hoy por medio de poderosa fuerza, la invocación de la Trinidad, por medio de creer en sus Tres Personas, por medio de confesar la Unidad, Del Creador de la Creación.
Coronilla Divina Misericordia
RECEMOS POR NOSOTROS Y EL MUNDO ENTERO LA CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA.
(Puede ser rezada a cualquier hora y ante cualquier dificultad o tempestad que atravesemos).
Promesas de Jesús Misericordioso a quienes recen la Coronilla a la Divina Misericordia.
“Quienes recen esta coronilla, me complazco en darles todo lo que me pidan... si lo que me piden está conforme con Mi voluntad"( #1541).
"Reza incesantemente esta coronilla que Te he enseñado. Quienquiera que la rece recibirá gran Misericordia a la hora de la muerte. Hasta el pecador más empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi Misericordia infinita. Deseo que el mundo entero conozca Mi misericordia; deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia” (#687).
“Defenderé como Mi gloria a cada alma que rece esta coronilla en la hora de la muerte, o cuando los demás la recen junto al agonizante, quienes obtendrán el mismo perdón. Cuando al lado de un agonizante es rezada esta coronilla, se aplaca la ira divina y la Insondable misericordia envuelve al alma y se conmueven las entrañas de Mi misericordia por la dolorosa Pasión de Mi Hijo" (#811).
"Cuando recen esta coronilla junto a los moribundos, Me pondré entre el Padre y el alma agonizante no como el Juez Justo sino como Salvador Misericordioso" (#1541).
"A las almas que recen esta coronilla, Mi misericordia las envolverá en vida y especialmente a la hora de la muerte" (#754).
"Hija mía, anima a las almas a rezar la coronilla que te he dado. A quienes recen esta coronilla, Me complazco en darles lo que Me pidan. Cuando la recen los pecadores empedernidos, colmaré sus almas de paz y la hora de su muerte será feliz" (#1541)
“Los Sacerdotes se la recomendaran a los pecadores como la Ultima tabla de salvación" (#687).
"Oh, qué gracias más grandes concederé a las almas que recen esta Coronilla; Las entrañas de mi Misericordia se enternecen por quienes rezan esta Coronilla. Anota estas palabras, hija Mía, habla al mundo de Mi misericordia para que toda la humanidad conozca la infinita misericordia Mía. Es una señal de los últimos tiempos, después de ella vendrá el día de la justicia. Todavía queda tiempo, que recurran, pues, a la Fuente de Mi Misericordia, se beneficien de la Sangre y del Agua que brotó para ellos" (#848).
MODO DE REZAR LA CORONILLA:
"Esta oración, la rezarás con un rosario común, del modo siguiente:
Primero rezarás una vez el Padre nuestro y el Ave María y el Credo, después, en las cuentas correspondientes al Padre nuestro, dirás las siguientes palabras:
“Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación por nuestros pecados y los del mundo entero”; en las cuentas del Ave María , dirás las siguientes palabras:
“Por su dolorosa Pasión, ten Misericordia de nosotros y del mundo entero”.
Para terminar, dirás tres veces estas palabras:
“Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten Piedad de nosotros y del mundo entero”. (Diario #476).
PARA QUE MI MARIDO CONOZCA EL AMOR DE DIOS
“Que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, para que, arraigados y cimentados en el amor, podáis comprender con todos los santos cuál es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad, y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que os vayáis llenando hasta la total Plenitud de Dios” (Carta del Apóstol San Pablo a los Efesios, 3:17-19).
Oración: Señor Jesús, me pongo en Tu presencia para implorarte que envuelvas el corazón de mi marido con Tu Sagrado Corazón. Ayúdale a tener absoluta confianza en Ti. Que Tu Amor eche raíces profundas en él y que este Amor se extienda a nuestras vidas. Que mi marido pueda conocer Tu infinita Misericordia para que comprenda que Tu Amor es más real que cualquier experiencia terrenal.
PARA QUE CUMPLA SU VOCACIÓN DE ESPOSO
“Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, (…). Así deben amar los maridos a sus mujeres como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer se ama a sí mismo” (Carta del Apóstol San Pablo a los Efesios, 5:25-28).
Oración: Señor, según Tu voluntad, mi marido se ha acercado a la santidad gracias al sacramento del matrimonio. Colma su corazón con Tu Amor y ayúdale a cumplir su vocación siguiendo Tu camino.
PARA QUE MI MARIDO ENSEÑE TU AMOR A NUESTROS HIJOS
“Padres, no exasperéis a vuestros hijos, sino formadlos más bien mediante la instrucción y la corrección según el Señor” (Carta del Apóstol San Pablo a los Efesios, 6:4).
Oración: Espíritu Santo, llena el corazón de mi marido con Tu paz para que él transpire Tu Amor a nuestros hijos. Concédele la paciencia y la sabiduría necesarias para criar a nuestros hijos en la pureza y en la fe. Ayúdale a guiar a nuestros hijos por el camino correcto y a animarles a permanecer cerca de Ti.
POR EL BIEN DE NUESTRA FAMILIA
“Y mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su riqueza, en Cristo Jesús” (Carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses, 4:19).
Oración: Señor, Tú sabes qué es lo que necesitamos. Te pido que otorgues siempre a mi marido la gracia de utilizar nuestros recursos con sabiduría, de ser “pobre de espíritu” (Mateo 5:3) y generoso con los necesitados. Amén.
PARA QUE SEA EL HOMBRE QUE TÚ LE HAS LLAMADO A SER
“Velad, manteneos firmes en la fe, sed hombres, sed fuertes. Haced todo con amor” (Primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 16:13-14).
Oración: Señor, Te confío todas las decisiones de mi marido, sus proyectos, sus inquietudes y todo su ser. Que sea fuerte en Tu Amor y ancle su fuerza en la fe. Que sea el hombre que Tú le has llamado a ser: valiente, alegre y generoso. Que crezca en la fe, la esperanza y la caridad.
PARA QUE MI MARIDO ACTÚE CON SABIDURÍA Y DISCERNIMIENTO
“No ceso de dar gracias por vosotros recordándoos en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os conceda espíritu de sabiduría y de revelación para conocerle perfectamente; iluminando los ojos de vuestro corazón para que conozcáis cuál es la esperanza a que habéis sido llamados por él; cuál la riqueza de la gloria otorgada por él en herencia a los santos, y cuál la soberana grandeza de su poder para con nosotros, los creyentes, conforme a la eficacia de su fuerza poderosa” (Carta del Apóstol San Pablo a los Efesios 1:16-19).
“Si alguno de vosotros está a falta de sabiduría, que la pida a Dios, que da a todos generosamente y sin echarlo en cara, y se la dará” (Carta del Apóstol Santiago 1:5)
Oración: Señor Jesús, Tú que haces el bien allá donde vas, Te pido que des a mi marido la gracia de seguir Tus pasos. Que tenga la fuerza de avanzar con sabiduría y conciencia de que sus elecciones tienen consecuencias para nuestra familia. Que su corazón resplandezca con la luz del Espíritu Santo para que pueda avanzar con firmeza y confianza, sean cuales sean los obstáculos que encuentre. Amén.
Virgen María, Madre de Dios, cubre a mi marido con tu manto para que reciba las gracias necesarias para ser el protector de nuestra familia, como lo era san José. Por tu abrazo maternal, oh María, concédele un sentimiento de seguridad para que nunca se sienta abandonado. Amén.
ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE ITATI
Tiernísima madre de DIOS y de los hombres que,
bajo la advocación de la PURA y limpia
Concepción de nuestra SEÑORA DE ITATI
miraste con ojos de misericordia
por más de cuatro siglos
a todos los que te han implorado,
no deseches ahora las súplica de éste tu hijo,
que humildemente recurre a ti.
Atiende mis necesidades,
que tu mejor que yo las conoces.
Y, sobre todo MADRE mia,
concédeme un gran amor a tu divino
HIJO JESUS,
y un corazón puro,humilde y prudente,
paciencia en la vida
fortaleza en las tentaciones
y consuelo en la muerte.
Asi sea.
OTRA ORACION A LA VIRGEN DE ITATI
Madre y Señora, Virgen de Itati.
Mas que nadie conoces nuestras miserias y necesidades, sabemos que hay mucho que hacer, y cada uno tiene su propia tarea, en este tiempo, nuestro tiempo.
Madre Santísima, intercede para que nosotros recibamos la fuerza necesaria para cooperar con la gran tarea de cambiar este mundo nuestro, poniendo todos un grano de arena.
"¡Mujer, ahí tienes a tu hijo!"
Con estas palabras Al encomendarte a Juan el Apóstol, y con él, a todos los hijos de la Iglesia, estamos aquí, reunidos en torno a ti, pues queremos contarte Señora, que aquí vibra el entusiasmo
de los jóvenes, aquí se ha elevado la súplica de los enfermos, por aquí han pasado sacerdotes y religiosos, artistas y periodistas, hombres del trabajo y de la ciencia, niños y adultos, y nos
permitimos en nombre de todos ellos, buscar amparo bajo tu materna protección e implorar confiados tu intercesión ante los desafíos ocultos del futuro.
Junto a estas ofrendas Madre, te encomendamos a todos los hombres, comenzando por los más débiles: a los niños que aún no han visto la luz y a los que han nacido en medio de la pobreza y el
sufrimiento; a los jóvenes en busca de un futuro a las personas que no tienen trabajo, a las que padecen hambre o enfermedad. Te encomendamos a las familias rotas, a los ancianos que carecen de
asistencia y aquellos que están solos.
Madre nuestra, Tu que conoces los sufrimientos y las esperanzas, ayuda a tus hijos en las pruebas cotidianas que la vida reserva a cada uno y haz que, con el esfuerzo de todos, las tinieblas no
prevalezcan sobre la luz, luz del mundo, la de tu Hijo Jesús único Salvador, que reina con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos.
Amén.
Ven, Espíritu Santo,
y envía desde el cielo
un rayo de tu luz.
Ven, padre de los pobres;
ven dador de gracias,
ven luz de los corazones.
Consolador magnífico,
dulce huésped del alma,
su dulce refrigerio.
Descanso en la fatiga,
brisa en el estío,
consuelo en el llanto.
¡Oh luz santísima!,
llena lo más íntimo
de los corazones de tus fieles.
Sin tu ayuda,
nada hay en el hombre,
nada que sea bueno.
Lava lo que está manchado,
riega lo que está árido,
sana lo que está enfermo.
Doblega lo que está rígido,
calienta lo que está frío,
endereza lo que está extraviado.
Concede a tus fieles
que en Ti confían
tus siete sagrados dones.
Dales el mérito de la virtud,
dales el puerto de salvación,
dales la felicidad eterna.
Latín:
Veni, Sancte Spiritus,
et emítte caélitus
lucis tuae rádium.
Veni, pater páuperum,
veni, dator múnerum,
veni, lumen córdium.
Consolator óptime,
dulcis hospes animae.
dulce refrigerium.
In labóre réquies,
in aestu tempéries,
in fletu solácium.
O lux beatíssima,
reple cordis íntima
tuórum fidélium.
Sine tuo númine,
nihil est in hómine,
nihil est innoxium.
Lava quod est sórdidum,
riga quod est áridum,
sana quod est sáucium.
Flecte quod est rígidum,
fove quod est frigidum,
rege quod est devium.
Da tuis fidélibus,
in te confidéntibus,
sacrum septenárium.
Da virtútis méritum
da salútis éxitum,
da perénne gáudium.
imagen de la Virgen de la Dulce espera
Oración para pedir la gracia de un embarazo
Bendita seas María, Virgen y Madre.
El Señor te lleno de gracia y alegría
En la Dulce Espera de Jesús.
Te rogamos por los esposos
Que desean el Don de un hijo.
Ayúdalos en esta esperanza
Y a apoyarse en el camino de la vida.-
Acuérdate de los que han abierto
Su corazón a la adopción.
Mantenlos en la alegría de su generosidad.-
También únete a quienes han recibido
Los hermosos nombres de Padre y Madre,
Para que con Vos den gracias a Dios
Por su grandeza manifiesta en el niño que esta por nacer.-
Finalmente, recógenos a todos
En el gran abrazo del Espíritu Santo,
Para que mostremos al mundo
Que podemos vivir como hermanos,
Porque todos somos hijos de Dios.
Amén
No llores si me amas,
Si conocieras el don de Dios y lo que es el Cielo!
Si pudieras oír el cántico de los ángeles y verme en medio de ellos!
Si pudieras ver desarrollarse ante tus ojos;
los horizontes, los campos y los nuevos senderos que atravieso!
Si por un instante pudieras contemplar como yo,
la belleza ante la cual las bellezas palidecen!
Cómo!...
¿Tú me has visto, me has amado en el país de las sombras
y no te resignas a verme y amarme en el país de las inmutables realidades?
Créeme.
Cuando la muerte venga a romper las ligaduras
como ha roto las que a mí me encadenaban,
cuando llegue un día que Dios ha fijado y conoce,
y tu alma venga a este cielo en que te ha precedido la mía,
ese día volverás a verme,
sentirás que te sigo amando,
que te amé, y encontrarás mi corazón
con todas sus ternuras purificadas.
Volverás a verme en transfiguración, en éxtasis, feliz!
ya no esperando la muerte, sino avanzando contigo,
que te llevaré de la mano por senderos nuevos de Luz...y de Vida...
Enjuga tu llanto y no llores si me amas!
ORACIÓN A NUESTRA VIRGEN DE FÁTIMA
Oh Virgen Santísima, Vos os aparecisteis repetidas veces a los niños; yo también quisiera veros, oír vuestra voz y deciros: Madre mía, llevadme al Cielo. Confiando en vuestro amor, os pido me alcancéis de vuestro Hijo Jesús una fe viva, inteligencia para conocerle y amarle, paciencia y gracia para servirle a Él a mis hermanos, y un día poder unirnos con Vos allí en el Cielo. nuestro, Avemaría y Gloria.
Madre mía también os pido por mis padres, para que vivan unidos en el amor; por mis hermanos, familiares y amigos, para que viviendo unidos en familia un día podamos gozar con Vos en la vida eterna.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria.
Os pido de un modo especial por la conversión de los pecadores y la paz del mundo; por los niños, para que nunca les falten los auxilios divinos y lo necesario para sus cuerpos, y un día conseguir la vida eterna.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria.
Oh Madre mía, sé que escucharás, y me conseguirás estas y cuantas gracias te pida, pues las pido por el amor que tienes de tu Hijo Jesús. Amén.
¡Madre mía, aquí tienes a tu hijo, sé tu mi Madre!
¡Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía!
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Santísima María, Madre de Dios, todos los Ángeles y Santos: |
Oración a San Valentín
para encontrar el amor verdadero
Glorioso mártir San Valentín, colmado de copiosas bendiciones,
poderoso en la palabra y en las obras. Grande a los ojos de Dios y
de los hombres, por tu humildad y el ardiente celo con que
procuraste la conversión de tantas almas a expensas de indecibles
trabajos y persecuciones.
Te suplico infundas en mi alma aversión a la vanidad y a los falsos
placeres del mundo, inculca pureza a mis sentimientos e infúndeme
espíritu de penitencia para llegar a comprender los sufrimientos
redentores de nuestro Salvador.
Te ruego intercedas ante Dios nuestro Señor para que me conceda la
gracia que fervorosamente pido (petición),
guíame y líbrame de todo peligro espiritual y material.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amen.
Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis,
Porque de ellos es el Reino de los cielos".
(Mateo 19:13)
A los niños hay que ofrecerles oraciones ya admitidas por toda la
comunidad, pero que al mismo tiempo que estén expresadas con palabras y explicaciones con ejemplos inteligibles por ellos.
Así aprenderán a hablar con nuestro Padre Dios utilizando su propio lenguaje y simbolismo.
Jesús de mi vida, que fuiste niño como yo, por eso te quiero tanto y te doy mi corazón.
El Niño Jesús que nació en Belén, bendiga nuestra mesa y a nosotros también.
Las oraciones de los niños habitualmente se concentran en peticiones.
Muchas de ellas pueden ser a favor de seres queridos y cercanos a ellos como los abuelitos, los animales queridos, por enfermos, la mamá, el papá, amigos, compañeros de escuela etc.
Sin embargo, algunas de esas oraciones pueden ser peticiones para ellos mismos. Muchos niños asumen que están en su derecho de recibir de inmediato lo que están solicitando y demandando.
Por ello la importancia de nuestro proceder en las explicaciones y enseñanzas de tener los niños la paciencia en la espera de los resultados. Se debe lograr la técnica de la comunicación y ahí
esta nuestro trabajo.
Dios como convertidor, está supuesto a oír todas las peticiones de los niños de tal manera que cada una de ellas sea cumplida.
Cuando la petición de un niño es demorada, el niño se puede mostrar ansioso.
¿Hice algo equivocado?
¿Estaba Dios ocupado en el momento de la oración?
¿Usé las palabras equivocadas?
¿Estaré siendo castigado por algo?
El error ha sido hecho mayormente por un adulto que le ha permitido al niño pensar que las
respuestas de Dios
son siempre aceptadas y contestadas de inmediato.
Los guías y seres espirituales maduros saben muy bien que Dios siempre escucha todas las oraciones pero que El responde en su propio tiempo y de acuerdo a su voluntad.
La respuesta de Dios no puede debilitar a los niños en sus deseos, deben confiar en que el suplirá todas nuestras necesidades en cualquier instante.
Si la fe de un ser espiritual maduro o un padre o madre fuese debilitada por ello, imagine la confianza de un niño como quedaría por ello.
Es importante que los guías espirituales y los padres sean claros de que Dios responde a todas nuestras peticiones y la fe de un niño debe de ser enseñada en una fuerte y paciente confianza cada
vez más en la consumación superior.
Léales algunas de las oraciones en el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento.
¿Cuál puede ser un factor importante que se ha perdido en las oraciones En el día de hoy?
Piense acerca de ello.
¿Con cuánta frecuencia se cierra una oración u meditación con un abrupto amén, un apretón de la mano creyendo así que se está sosteniendo la suya, y el sentimiento de que hizo lo que estaba
supuesto a hacer?
¿Qué pasó con el darle a Dios la oportunidad de dialogar?
Enseñe a los niños a esperar una respuesta de parte de Dios.
Pero también a esperar pacientemente y escuchar lo que Dios puede enseñarles a ellos metas para desarrollar guerreros de verdadera oración:
Crear en ellos en su inocencia que Dios está disponible siempre para escucharlo.
Que hablar con Dios en una formula personal e importante.
Estar listo siempre para escuchar, esperar y aceptar la respuesta de Dios.
Algunas sugerencias para alcanzar esas metas:
Ore con nuestros niños en sus peticiones e incluir a todos nuestros semejantes y hermanos.
Esté alerta a enseñar a orar llevando motivos de alabanza y gratitud o de peticiones.
Comparta con sus niños y hermanos, experiencias propias y ajenas la manera como Dios ha contestado sus propias oraciones.
Anime a los niños a orar unos por otros.
Comparta con ellos hechos y relatos históricos de la espiritualidad de muchos seres en la historia de la humanidad.
Leer juntos con ellos la Biblia y literaturas que ayude a su desarrollo O ver películas de la vida espiritual de algunos seres conocidos, acerca de que como la oración nos lleva a respuestas muy
hermosas y ver a su vez la forma y la manera como Dios les respondió a sus ruegos y peticiones.
Que estén siempre listos para orar en una variedad de lugares en cualquier hora del día y por una variedad de razones o motivos.
Explique a sus hijos y hermanos de el camino que aunque Dios ha sido testigo de nuestros actos negativos y conoce nuestros malos pensamientos, de todas maneras El quiere que los confesemos
en oración para poder ser perdonados y reivindicarnos. En el proceso de crecimiento espiritualPasos para enseñar a los niños para Orar:
Alabar a Dios por quien Él es.
Agradecerle por lo que Él ha hecho.
Confesar siempre nuestros pecados.
Orar por otras personas con peticiones específicas.
Orar por uno mismo.
La oración es un regalo.
¿Qué niño dejaría un regalo sin abrir o abandonado?
Dar a los niños y hermanos en el sendero de usar el regalo de la oración y su valioso resultado para las almas que las aplican constantemente.
Eduquemos a nuestros niños a la oración de el alma con sentido y valor en su pronunciación y fe en lo solicitado para el bien de el niño de los suyos y de la humanidad toda y de todos los que les
siguen en del proceso evolutivo.
Pues en la vida la oración como adulto le ayudare cada vez mas en el crecimiento de su existencias en los diversos logros que desea alcanzar hoy como niño, mañana como
adulto…
Orar es vincularnos con Dios.
Es crear un espacio sagrado en el cual podemos comulgar con Dios.
El proceso siguiente de los cinco pasos de la oración te puede ayudar a profundizar tus momentos de oración y aumentar tu conciencia de Dios en ti y en tus niños.
Enséñale a vuestros niños los pasos siguientes serán importantes para toda su vida y que se ordene su cuerpo mente y espíritu y que comiencen así …
**aquietarse y apartase un momento para orar cada día.
Comienza su rato de quietud aquietando su cuerpo y abriendo su mente a una conciencia de Dios.
Respire profundamente, consciente que estás en la presencia de Dios y de que esta Presencia está en el.
Deje ir sus inquietudes y tenga fe en que todo está bien.
**que se concentre y cierre sus ojos y deja ir cualquier pensamiento del mundo a su alrededor, y comience a pensar en Dios…
Acerca de Su presencia en su vida.
Que centre su mente en un pensamiento una idea o un versículo bíblico que resuene con el.
Que repite esta idea una y otra vez, bien sea en silencio o en voz alta, hasta que se convierta en su único pensamiento.
**que medite y permita que este estado mental de concentración le lleve a una conciencia más profunda de Dios.
Estad quietos y conoced que yo soy Dios.
Permanece quieto a medida que comulgas con esta presencia divina en el.
**que se de cuenta y reconozca y viva, desde lo más profundo de tu ser, de que es uno con Dios.
Permanezca en este conocimiento, en esta comprensión
a medida que sienta su presencia sagrada, es una “comunión silenciosa de su alma.
” En este estado receptivo de mente y corazón, este atento a la inspiración de Dios, a las respuestas a sus oraciones.
**que de gracias y permita que la gratitud sea su respuesta gozosa a esta experiencia de comunión con Dios y con su bondad infinita.
Que de gracias por las bendiciones en su vida y muéstrese dispuesto a recibir su bien.
Padre eterno,
Fuente de todo amor y misericordia,
por amor a nosotros enviaste a tu Hijo,
y quisiste que la sangre y el agua que brotaron
de su lado lavara nuestro pecado
y restaurara la inocencia perdida.
Escucha el grito de cada mujer que llora
la pérdida de un hijo abortado.
Perdona su pecado, restáurala en tu gracia,
y calma el terror de su corazón
con la paz que sobrepasa todo entendimiento. Mediante la intercesión
de la Bienaventurada Virgen María,
Madre de ternura y nuestra Madre,
fortalece su fe en ti.
Dale el consuelo de creer que su hijo
está ahora con el Señor.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor,
que conquistó el pecado y la muerte,
y que vive y reina contigo,
en la unidad el Espíritu Santo, un Dios,
por los siglos de los siglos. Amén.
ORACION PIDIENDO AYUDA Y CONSUELO
Santa María, Madre de Dios y madre mía,
acudo a Ti pidiendo ayuda y consuelo.
Me arrepiento de haber abortado a mi hijo.
Concédeme la gracia de llorar Contigo
al pie de la cruz.
La Iglesia que es madre, me enseña
que mi hijo goza ya del infinito amor del Padre en el cielo y me ha perdonado.
Madre mía, Madre de la Vida, pídele a Jesús
que ha venido a sanar los corazones destrozados,
y que dio a los Apóstoles y a través de ellos a la Iglesia
el poder de perdonar y absolver los pecados
en su Nombre me conceda Su gracia
por el Sacramento de la Reconciliación.
Que el Espíritu Santo, derramado en mi corazón,
por la absolución sacramental,
me haga sentir el consuelo y la paz.
Intercede por todos los que han cooperado en el aborto:
Familiares, amigos, personal sanitario, políticos...
para que se conviertan y alcancen perdón.
Acoge en tu regazo de Madre a mi bebé
y concédeme reunirme con él
y amarlo eternamente en el cielo.
Ángel de mi guarda, líbrame del Maligno.
Santos Inocentes, rogad por nosotros. Amén.
Santa María, Madre de Dios y de la Iglesia, Nuestra Señora de Guadalupe, tú fuiste elegida por el Padre para el Hijo a través del Espíritu Santo.
Tu eres la Mujer vestida con el sol a punto de dar a luz a Cristo mientras Satanás, el Dragón Rojo, espera para devorar vorazmente a tu Hijo.
Lo mismo hizo Herodes buscando destruir a tu Hijo, Nuestro Señor y Salvador Jesucristo, masacrando muchos niños inocentes en su intento.
Lo mismo hace hoy el aborto, matando millones de niños inocentes y explotando a sus madres en su ataque contra la vida y contra la Iglesia, el Cuerpo de Cristo.
Madre de los Inocentes, alabamos a Dios en tí por los regalos de tu Inmaculada Concepción, libre de pecado, llena de gracia; tu maternidad divina y de la Iglesia, por tu Perpetua Virginidad y tu
Ascención al Cielo en cuerpo y espíritu.
Oh Auxilio de los Cristianos, te rogamos protejas todas las madres de los aún no nacidos y a los niños en su vientre. Suplicamos tu ayuda para que se termine este holocausto del aborto.
Santa Madre, rogamos a tu Inmaculado Corazón por todas las madres y todos los niños aún no nacidos para que ellos puedan tener vida aquí en la tierra y por la tan Preciosa Sangre derramada por tu
Hijo que puedan tener vida eterna con El en los cielos. También oramos a tu Inmaculado Corazón por todos los que realizan los abortos y los que los apoyan, para que se conviertan y acepten a tu
Hijo, Jesucristo, como su Señor y Salvador. Defiende a todos tus hijos en la batalla contra Satanás y todos los malos espíritus en estos tiempos de oscuridad.
Deseamos que los inocentes niños aún no nacidos y que mueren sin el Bautismo pudieran ser bautizados y salvados. Te pedimos que obtengas esta gracia para ellos y el arrepentimiento,
reconciliación y el perdón de Dios para sus padres y sus asesinos.
Que sea revelado una vez mas en el mundo el poder del Amor. Que él ponga fin al mal. Que transforme conciencias. Que tu Inmaculado Corazón revele para todos la luz de la esperanza. Que Cristo Rey
reine sobre todos nosotros, nuestras familias, ciudades, estados, países y la humanidad completa.
Oh clemente, Oh llena de amor, Oh dulce Virgen María, escucha nuestras plegarias y acepta este clamor desde nuestros corazones!
Nuestra Señora de Guadalupe, Protectora de los aún no nacidos, Ruega por nosotros!
Oración de la mujer que abortó
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María de Belén y de Nazaret, esposa de José, Virgen Madre del Hijo de Dios hecho hombre, Madre dolorosa, modelo de Fe. Tú eres nuestra Madre, y vives ya en el gozo de la presencia de Dios. Tú velas por cada uno de nosotros con bondad, compasión y ternura. Encomendamos a todas las mujeres que sufren el dolor de haberse hecho un aborto y a sus bebés abortados, a tu cuidado maternal.
Que tu infatigable amor consuele a nuestras hermanas, las haga conscientes de su propia dignidad, y sea para ellas una fuente de sanación, paz y gozo. Que puedan encontrar consuelo, sabiendo que sus hijos se encuentran en tus brazos. Protege a las mujeres que sufren el dolor de haber abortado y bendice su trabajo. Concédeles a nuestras hermanas que sufren, encontrar amor y sanación; y que aquellos que las ayudan puedan comprenderlas. Que trabajen con valor, dedicación y perseverancia para proteger a todas las mujeres del horror de abortar a sus hijos. Y que todos nos hallemos reunidos nuevamente contigo en presencia de tu Hijo, Jesucristo, Nuestro Señor. Amén. |
Hoy me quiero RECONCILIAR con mi familia
(Oración de reconciliación)Esta oracion se puede hacer estando solos sin un coordinador, para ello me pongo en presencia del Señor y me hago la preguntas de la guia, y voy desarrollando cada ítem.
INTRODUCCIÓN
1. Las experiencias más profundas de PAZ vienen de la RECONCILIACIÓN. Cuando somos capaces de pedir perdón y de perdonar, Dios nos regala una profunda paz en el corazón. El día de hoy nos vamos a disponer a perdonar y a pedir perdón. Vamos a invocar al Espíritu Santo, para que como dice la Escritura, nos de un corazón de carne y nos quite el corazón de piedra.
2. Si es posible, formemos un círculo, y en medio pongamos una vela encendida y una imagen de la Sagrada Familia de Nazareth. Trataremos de crear un clima de silencio y de oración que nos permita “entrar en nosotros mismos” y abrirnos al amor de Dios. Si ayuda, se podría poner un fondo musical, instrumental, suave, que propicie un ambiente de oración.
A. PERDONANDO A MI PROPIA FAMILIA El coordinador irá leyendo de manera pausada esta guía. Dará tiempo para que cada uno pueda perdonar y pedir perdón en silencio, y dará el espacio para que los que quieran puedan hacer en voz alta su oración. El coordinador lee: • Padre Bueno y Misericordioso, en este momento de oración queremos abrir nuestro corazón a tu misericordia. Concédenos la gracia de perdonar a quienes en nuestra propia familia nos han lastimado. Sólo Tú sabes lo que hay en el interior de cada uno de ellos, sólo Tú sabes la historia de amor y sufrimiento que cada uno de ellos tiene. Por eso, hoy no quiero reclamarles nada, ni tampoco quiero juzgarlos, sólo quiero conceder el perdón.
• Dios de amor, hoy quiero perdonar a mi papa…. o Por aquella palabra, aquel grito que me lastimó en mi infancia o adolescencia…. o Por aquel regaño o maltrato que me dio sin haberme escuchado…. o Por aquella agresión que me hirió física y emocionalmente…. o Por el tiempo que no me dedicó…. por las veces que no quiso jugar conmigo… por las veces que no se interesó por lo que sentía…. o Por aquellas situaciones y acciones que me hicieron tener miedo….. por aquellos momentos que me hicieron llorar….
*Te perdono papá por aquel momento que tal vez tu no recuerdas, pero que dejó en mi un dolor que todavía hoy tengo…. o Hoy te perdono papa de todo lo que de alguna manera me lastimó…. Palabras…Acciones…. Silencios…. y actitudes… Hoy me reconcilio contigo, te perdono de todo corazón…..
• Dios de amor, hoy quiero perdonar a mi mamá…o Por aquella palabra de ternura y amor que no me diste cuando más lo necesité… o Por aquellos regaños, que buscando mi bien, fueron muy duros y me lastimaron… o Por aquellas ausencias que me hicieron sentir la soledad… o Por aquellos momentos en que no sentí tu comprensión y apoyo… o Te perdono por aquella situaciones en que tuviste preferencias por mis hermanos y que marcaron mi vida hasta el presente… o Por las veces que no pudiste transmitirme el amor y la confianza en mi persona… o Hoy te perdono mama de todo lo que de alguna manera me lastimó…. Palabras…Acciones…. Silencios…. y actitudes… Hoy me reconcilio contigo, te perdono de todo corazón…..
• Dios de amor, hoy quiero perdonar a mis hermanos y hermanas…o Por aquellas peleas y palabras de la niñez que de alguna manera me lastimaron y nunca hemos podido platicar... o Por la envidias que en distintos momentos no me han dejado ser feliz.... o Por aquellos momentos en que se aprovecharon de las preferencias de mis papás para hacerme sentir menos... o Por aquellas acciones y actitudes que me hicieron sentir solo y sin su apoyo... o Por las veces que, a propósito, no fui incluido por ustedes y me sentí aislado y no tomado en cuenta... o Por las agresiones de palabras y actitudes que me han impedido sentir una verdadera fraternidad...
Hoy te perdono hermano / hermana de todo lo que de alguna manera me lastimó…. Palabras…Acciones…. Silencios…. y actitudes… Hoy me reconcilio contigo, te perdono de todo corazón…
• Padre bueno, que nos enseñas a perdonar siempre, como el Padre misericordioso de la parábola perdonó a su hijo, queremos perdonar a nuestros hijos: o Por aquellos momentos en que no han querido escucharnos.l
Por las veces en que han dado más importancia a sus amigos sin importarles compartir con nosotros sus alegrías y sus tristezas.
o Por la incomprensión, cuando nos han exigido lo que no podemos darles.
o Por el poco interés que muestran en ayudar para que nuestra casa y nuestra familia sea cada vez más bonita.
o Por la ingratitud, cuando son incapaces de reconocer el esfuerzo que hemos hecho por ellos y no se atreven a decir siquiera… gracias.
• Dios de amor, también hoy quiero perdonar a otros miembros de mi familia, tíos, abuelos, primos... o Por aquellos momentos, situaciones, palabras y acciones, que voluntaria o involuntariamente, me hirieron, lastimaron y han afectado mi vida.... Hoy los perdono de todo lo que de alguna manera me hirió…. Palabras…Acciones…. Silencios…. y actitudes… Hoy me reconcilio con ustedes, les perdono de todo corazón…
B. PIDIENDO PERDON A MI PROPIA FAMILIA El coordinador irá leyendo de manera pausada esta segunda parte de la guía. Dará tiempo para que cada uno pueda pedir perdón en silencio, y dará el espacio para que los que quieran puedan hacer en voz alta su oración.
El coordinador lee: • Padre de Amor y de Bondad, también quiero abrir mi corazón para pedir perdón. Quiero dejar a un lado el orgullo y reconocer que no siempre he puesto lo mejor de mi en beneficio de mi familia, y por eso, hoy les quiero pedir perdón. • Dios de amor, hoy queremos pedir perdón a nuestros hijos:
o Por la poca prudencia que hemos tenido al tratar nuestras diferencias delante de ustedes…
o Por el tiempo que hemos dado con gusto a otras actividades y que les hemos negado para convivir y estar cerca.
o Por las discusiones inútiles, en las que no encontramos soluciones o acuerdos sino imponer nuestro propio criterio.
o Por la impaciencia, cuando siendo niños les hemos exigido respuestas de adultos. o Por el descuido al no acompañarlos oportunamente en su proceso de crecimiento dejando toda la responsabilidad de su educación a la escuela.
Por los momentos en que no hemos sabido controlarnos y hemos querido imponernos recurriendo a la violencia, con gritos o con golpes.
o Se pueden añadir otras peticiones de perdón… espontáneas.
• Papá, mamá, hermanos y hermanas, hoy les pido perdón de todo corazón...
o Por aquellos momentos en que no he sabido valorar su trabajo y su esfuerzo....
o Por las veces en que los he criticado injustamente...
o Por todas aquellas ocasiones en que no he sabido reconocer todo lo que han hecho por mi bien...
o Les pido perdón por mis palabras que los han ofendido y lastimado...
o Les pido perdón por mis actitudes que los han hecho sentir culpables...
o Les pido perdón por mis omisiones, por todo el bien que pude haberles hecho y no lo hice..
.o Les pido perdón por no amarlos más....
o Les pido perdón por todas aquellas ocasiones en que he buscado de manera egoísta mis propios intereses sin tenerlos en cuenta a ustedes...
o Perdónenme por no ser la hija (o) y el hermano (a) que ustedes se merecen..
.o Perdónenme por todas aquellas veces que no he querido y no he sabido corresponder a su amor...o Hoy tengo que reconocer con humildad que necesito pedirles perdón, y decirles en mi corazón quiero mucho....
C. AGRADECER A DIOS LA FAMILIA QUE ME DIO.
El coordinador irá leyendo de manera pausada esta tercera parte de la guía. Invitar a todos a dar gracias por todo lo que hemos recibido de nuestra familia.
• Gracias Padre bueno por la familia que me has regalado... • Gracias por todo lo que he recibido de ellos.... • Gracias porque lo que hoy soy, se lo debo en gran parte a mi familia... • QUE CADA UNO DE GRACIAS A DIOS DE SU PROPIA FAMILIA....
Terminemos esta oración rezando el Padre nuestro, tomados de la mano, sabiendo que nuestra comunidad también es nuestra familia
¡Cristo, como luz, ilumina y guíame!
¡Cristo como escudo, excede y cúbreme!
Cristo conmigo, Cristo frente a mí,
Cristo tras de mí, Cristo en mí,
Cristo a mi derecha, Cristo a mi izquierda,
Cristo al descansar, Cristo al levantarme,
Cristo en el corazón de cada hombre que piense en mí,
Cristo en la boca de todos los que hablen de mí,
Cristo en cada ojo que me mira,
Cristo en cada oído que me escucha. (San Patricio)
Nuestras acciones están, casi siempre, determinadas por la presencia de otras personas a nuestro alrededor. Hay cosas que no haríamos delante de algunos y cosas que, totalmente solos, no
tenemos reparo en hacer. Imagínense, por ejemplo, que reciben la invitación del presidente de su país para visitar su casa. ¿Cómo se comportarían? Seguramente con la mayor educación posible. Al
llegar a la sala, no me tiro en el sofá, sino que me siento con educación; en la mesa cuido de no hablar con la boca abierta, de usar adecuadamente los cubiertos, etc. Y ¿qué es lo que me mueve a
comportarme así? La importancia de la persona que tengo delante. En cambio, si estoy en casa, tal vez no es necesaria tanta atención...
Nuestra oración es, justamente, una invitación de Dios para visitarle y hablar con Él. Es un momento en que dialogo con el Señor de todo el Universo que -¡oh, maravilla!- me llama su amigo.
¿Cómo me comporto delante de Dios?
Bueno… de acuerdo: no es tan sencillo como parece. Porque a Dios no lo vemos físicamente y en ocasiones es fácil distraerse con cualquier cosa. Sobre todo al inicio… ¡cuánto cuesta empezar
bien la oración!
San Patricio nos da una pista para empezar bien nuestra oración: saber ver a Dios en todo. Y al inicio de cada momento de oración, es importante hacer lo que comúnmente se llama ponerse en
la presencia de Dios. Saber que estoy delante de Dios; repetírmelo a la mente y al corazón.
¡Decírselo a Dios!: Señor, vengo a tu presencia, ayúdame a darme cuenta de ello!. Darme cuenta de que REALMENTE Él me escucha y quiere hablarme. Sobrecogerme ante
el misterio de su presencia y agradecerle que quiera venir a hablar conmigo.
Se puede hacer de modo espontáneo (personalmente lo recomiendo) con una oración hecha por mí. Pero si en un primer momento no sale, las oraciones hechas, como el himno de San Patricio de
arriba, pueden ayudar. Así, poco a poco, lograremos ponernos delante de Dios... incluso en medio de ocupaciones muy variadas. El ejemplo de Juan Pablo II, que podía abstraerse en misas
multitudinarias, es excepcional en este sentido.
¡No importa lo que hagas o en medio de quién estás: siempre puedes ponerte delante de Dios y elevar tu alma a Él!
Esto, a su vez, también nos ayudará a descubrir a Dios en todas las cosas, en cada momento de nuestra vida... y ¡maravillarnos! Como un enamorado, que ve a su amada en todo lo que vive y la
extraña en cada momento. Así viviremos nosotros con Dios, sabiendo que, como rezaba el bueno de San Patricio, Él está presente a mi derecha, a mi izquierda, en cada persona que tengo delante. Y,
de modo particular, en cada oración en la que voy a dialogar con Él.
ORACIÓN DE SELLO PERSONAL (oracion de la preciosa Sangre de cristo )
Sentimientos, sentidos; ser físico, ser biológico, sicológico, material y espiritual. Sello todo lo que soy, todo lo que tengo, todo lo que puedo, todo lo que sé, todo lo que amo; queda
sellado y protegido con el poder de la sangre de Jesucristo el Sello mi pasado, mi presente, mi futuro; sello mis planes, proyectos, sueños, ilusiones,
viajes, enfermedades.
Sello mi persona, mi familia, mis posesiones, mi árbol genealógico; me escondo en la llaga de la mano derecha del Señor Jesús.
Sello mi pasado, mi presente, mi futuro;
sello mis planes, proyectos, sueños, ilusiones, viajes, enfermedades.
Sello mi persona, mi familia, mis posesiones, mi árbol genealógico; me escondo en la llaga de la mano derecha del Señor Jesús, me escondo en la llaga de la mano izquierda del Señor Jesús, me
escondo en la llaga del pie derecho del Señor Jesús, me escondo en la llaga del pie izquierdo del Señor Jesús, me escondo en la llaga del costado herido de Jesús; me Escondo en el corazón
inmaculado de la santísima Virgen María, para que nada ni nadie me pueda provocar ningún daño. Amen
Oración de confianza ante la enfermedad
Señor Jesús, Te agradezco por el don de la vida.Tú conoces las personas y las circunstancias que me han formado ya sea física como emocional y espiritualmente. Ellas, y las más íntimas
experiencias de mi mente y de mi corazón, me han hecho la persona que soy ahora.
Perdóname, Señor, por todas las veces que te he fallado, por mi fallos contra mi mismo y los demás.Al mismo tiempo, perdono a todos los que me han fallado de alguna manera y me han herido.
Ayúdame a ver que mi enfermedad tiene una parte muy importante en mi vida. Ella me ayudará a ser plenamente la persona que Tu quieres que yo sea. No permitas que yo pierda o desperdicie lo que Tu
quieres hacer conmigo para hacer completa mi vida en esta tierra y para preparar mi vida contigo en el Cielo.
Ahora yo no puedo orar de la manera que quisiera.(Estoy dolorido, cansado confundido). Te pido que aceptes cada respiro mio como un acto de amor y de confianza en Ti.
Tu eres mi Salvador. Yo quiero descansar sobre tu amante Corazón en la seguridad y en la paz, como un niño en los brazos de su padre. Yo sé que Tú no me abandonarás.
Te amo, mi Señor, quisiera amarte con todo mi corazón.Amen
Oración por Curación Física
P. Emiliano Tardiff
Sugerimos que esta oración se lleve a cabo en un lugar solitario, apartado de toda distracción, teniendo la fe
que el Señor nos escucha siempre que le hablamos.
Récese de manera lenta, en voz alta, haciendo propia cada frase:
Señor Jesús, creo que estás vivo y resucitado.
Creo que estás realmente presente en el
Santísimo Sacramento del Altar
y en cada uno de los que en Ti creemos.
Te alabo y te adoro.
Te doy gracias, Señor,
por venir hasta mí
como pan vivo bajado del cielo.
Tú eres la plenitud de la vida.
Tú eres la Resurrección y la Vida.
Tú eres, Señor, la salud de los enfermos.
Hoy quiero presentarte todas mis enfermedades
porque Tú eres el mismo ayer, hoy y siempre
y Tú mismo me alcanzas hasta donde estoy.
Tú eres el Eterno Presente
y Tú me conoces... Ahora, Señor,
te pido que tengas compasión de mí.
Visítame a través de tu evangelio
para que todos reconozcan
que Tú estás vivo en tu Iglesia hoy;
y que se renueve mi fe y confianza en Ti.
Te lo suplico, Jesús.
Ten compasión de mis sufrimientos físicos,
de mis heridas emocionales
y de cualquier enfermedad de mi alma.
Ten compasión de mí, Señor.
Bendíceme y has que vuelva a encontrar la salud.
Que mi fe crezca
y me abra a las maravillas de tu amor,
para que también sea testigo
de tu poder y de tu compasión.
Te lo pido, Jesús,
por el poder de tus Santas Llagas,
por tu Santa Cruz y por tu Preciosa Sangre.
Sáname, Señor, sana mi cuerpo,
sana mi corazón, sana mi alma.
Dame vida y vida en abundancia.
Te lo pido por intercesión
de María Santísima, tu Madre,
la Virgen de los Dolores,
la que estaba presente, de pie, cerca de la cruz.
La que fue la primera en contemplar
tus llagas y que nos diste por Madre.
Tú nos has revelado
que ya has tomado sobre Ti,
todas nuestras dolencias
y por tus santas llegas hemos sido curados.
Hoy, Señor, te presento en fe todas mis enfermedades
y te pido que me sanes completamente.
te pido por la gloria del Padre del Cielo,
que también sanes a los enfermos
de mi familia y amigos.
Has que crezcan en la fe,
en la esperanza,
y que reciban la salud
para gloria de Tu Nombre.
Para que tu reino
siga extendiéndose más y más en los corazones,
a través de los signos y prodigios de tu amor.
Todo esto te lo pido, Jesús,
porque Tú eres Jesús.
Tú eres el Buen Pastor
y todos somos ovejas de tu rebaño.
Estoy seguro de tu amor
que aún antes de conocer el resultado
de mi oración, en fe, te digo:
Gracias Jesús, por lo que Tú vas a hacer
en mí y en cada uno de ellos.
Gracias por las enfermedades
que Tú estás sanando ahora,
gracias por los que Tú estás visitando
con tu misericordia.
Amén.
CONSAGRACIÓN de sí mismo a Jesucristo, la Sabiduría Encarnada,
por las manos de María
¡Sabiduría eterna y encarnada!
¡Amabilísimo y adorable Jesús,
verdadero Dios y verdadero hombre,
Hijo único del Eterno Padre
y de María siempre Virgen!
Te adoro profundamente
en el seno y en los esplendores de tu Padre,
durante la eternidad,
y en el seno virginal de María,
tu dignísima Madre,
en el tiempo de tu encarnación.
Te doy gracias de que te has anonadado,
tomando la forma de un esclavo,
para sacarme de la cruel esclavitud del demonio.
Te alabo y te glorifico
porque has tenido la bondad
de someterte en todo a María,
tu Santa Madre,
con el fin de hacerme, por medio de Ella,
un fiel esclavo.
Pero, desgraciadamente,
¡ingrato e infiel como soy!,
no he observado los votos y las promesas
que con tanta solemnidad
te he hecho en mi Bautismo:
no he cumplido con mis obligaciones.
No merezco llamarme hijo tuyo, ni tu esclavo;
y, como no hay nadie en mí
que no merezca tus rechazos y tu cólera,
ya no me atrevo a acercarme por mí mismo
a tu santa y augusta Majestad.
Por eso he recurrido a la intercesión
y a la misericordia de tu Santísima Madre,
que me has dado como Medianera para contigo;
y es por medio de Ella que espero obtener de Ti
la contrición y el perdón de mis pecados,
la adquisición y la conservación de la Sabiduría.
Te saludo, pues, ¡María Inmaculada!,
vivo tabernáculo de la divinidad,
escondida en el cual, la eterna Sabiduría,
quiere ser adorada por los Ángeles
y por los hombres.
Te saludo, ¡Reina del Cielo y de la tierra!,
a cuyo imperio todo está sometido,
todo lo que está por debajo de Dios.
Te saludo, ¡seguro Refugio de los pecadores!,
cuya misericordia no faltó a nadie.
Escucha los deseos que tengo
de la divina Sabiduría,
y recibe para eso los votos y los dones
que mi bajeza te presenta.
Yo...
infiel pecador,
renuevo y ratifico hoy en tus manos
los votos de mi Bautismo:
renuncio para siempre a Satanás,
a sus seducciones y a sus obras,
y me doy enteramente a Jesucristo,
la Sabiduría encarnada,
para llevar mi cruz tras Él
todos los días de mi vida,
y para que yo le sea más fiel
de como lo he sido hasta ahora.
Te escojo hoy,
en presencia de toda la Corte celestial,
como Madre y Señora mía.
Te entrego y consagro, en calidad de esclavo,
mi cuerpo y mi alma,
mis bienes interiores y exteriores,
y el valor mismo de mis buenas acciones
pasadas, presentes y futuras,
dejándote un entero y pleno derecho
de disponer de mí y de todo lo que me pertenece,
sin excepción, según tu agrado,
a la mayor gloria de Dios
en el tiempo y en la eternidad.
Recibe, ¡Virgen bondadosa!,
esta pequeña ofrenda de mi esclavitud,
en honor y en unión con la sumisión
que la eterna Sabiduría
gustosamente quiso observar
para con tu maternidad;
en homenaje al dominio que ustedes, los dos,
tienen sobre este pequeño gusano
y miserable pecador;
y en acción de gracias por los privilegios
con los que la Santísima Trinidad
te ha favorecido.
Proclamo que desde ahora
quiero, como verdadero esclavo tuyo,
procurar tu honor y obedecerte en todo.
¡Madre admirable!, preséntame
a tu querido Hijo,
en calidad de eterno esclavo,
para que Él, que por Ti me rescató,
por Ti me reciba.
¡Madre de misericordia!, hazme la gracia
de obtener la verdadera sabiduría de Dios
y de colocarme, para eso,
en el número de las personas
a las que amas, instruyes, guías,
alimentas y proteges
como a hijos y esclavos tuyos.
¡Virgen fiel!, vuélveme en todo
un perfecto discípulo, imitador y esclavo
de la Sabiduría encarnada,
Jesucristo, Hijo tuyo,
tanto que por tu intercesión y con tu ejemplo
yo llegue a la plenitud de su edad en la tierra
y de su gloria en los Cielos. Amén.
Lugar .............................................................
Fecha .............................................................
Firma .............................................................
Firma de un testigo .......................................
Oración a San Antonio Abad
para la protección de los animales.
Señor, te ruego que por intercesión de San Antonio Abad, tengas
piedad de los hombres, que por ignorancia maltratan a los
animales.
Enséñales a que los amen como criaturas tuyas. Señor, ten piedad
de los animales domésticos, que muy a menudo son entregados sin
defensa alguna a la indiferencia y a la crueldad humana.
No los dejes solos con sus penas.
Señor Dios, ten piedad de los animales como el león, el tigre, el mono,
el elefante y de otras especies que son capturados para ser llevados en
circos o en zoos. Dales a todos ellos un refugio seguro en su hábitat.
Señor, ten piedad de los animales de granja que crecen dentro de
inhóspitos habitáculos, así como de aquellos animales que en los
mataderos son sacrificados sin anestesia. Acógelos con su dolor.
Señor, ten piedad de los animales de experimentación. Haz que cesen
estas prácticas y sálvalos de su sufrimiento. Señor, tu que infundiste en
San Antonio Abad un gran amor a la pobreza y al respeto de los
animales, ten piedad de todos los animales que sufren y haz una
sociedad más justa basada en el amor y la paz de todos los hombres.
Amén.
Otra oración a San Antonio Abad:
Permítenos seguirte, Señor, dondequiera que nos lleven tus pasos benditos, y danos la fuerza necesaria gozosamente todo lo que nos impide ser discípulos tuyo. Amén.
REGALOS DE JESÚS
Te regalo a mi Santísima Madre, para que sea tu Madre.
Te regalo mi alegría para que tengas una fuente inagotable de paz.
Te regalo mis fuerzas para que te sostengas en tu cansancio cuando sirvas a los demás.
Te regalo la quietud de la noche bendita de mi nacimiento para que llenes tu alma de paz.
Te regalo mis ojos para que con ellos puedas dar una nueva mirada a este universo que puse a tu servicio.
Te regalo mi caridad para que sientas el anhelo de trabajar por los desposeídos y de compartir tu pan con los hambrientos.
Te regalo mi amor para que lleno tu corazón de él, puedas prodigarte a los demás.
Te regalo mi paz para que con tu buena voluntad des gloria a Dios.
Te regalo mi humildad para que desde tu condición de hombre, estés dispuesto a crecer y superarte.
Te regalo la mula del establo para que calientes con tu fervor.
Te regalo mi sencillez para que puedas llegar al Reino de los Cielos.
Te regalo la serenidad para aceptar las cosas que no puedes cambiar y mi valentía para cambiar las que puedas.
Te regalo mis ángeles para que te enseñen a ser mensajero de paz.
Te regalo las caricias de mis manos para que te consuelen y alienten.
Te regalo las lágrimas de mi madre como bálsamo de tus penas.
Te regalo la miel que llevaron los pastores para que endulces la vida de los tuyos con cariño y generosidad.
Te regalo mi humildad para engrandecerte.
Te regalo mi estrella para que te muestre el camino que a mí conduce.
Te regalo la música para que como ella alegra, tú también logres dar gozo a los demás.
Te regalo mis lágrimas para que laves con ellas tus pecados.
Te regalo la luz de mi mirada para que guíe tus pasos.
Te regalo mi misericordia para que con ella juzgues a tus hermanos.
Te regalo mi alegría para que con ella contagies al mundo.
Te regalo mi ternura para que con ella sirvas a los pequeños y a los necesitados.
Te regalo mis manos para que con ellas construyas mi Reino.
Te regalo mi amistad para que en ella te apoyes.
Te regalo mi paz para que la contagies a todos los que crucen en tu camino.
Te regalo mi hombro que sostuvo la cruz del pecado de la humanidad para que te ayude a cargar tu cruz.
Te regalo mi pesebre para que en él repose tu corazón.
Te regalo mi amor para que sea la prenda de tu felicidad.
Te regalo el sol para que así como él alumbra al mundo, alumbres tú la vida de tu familia y tus amigos.
Te regalo mis pies para que te guíen por el camino de la verdad.
Te regalo mi amor para que sea la prenda de tu felicidad.
Te regalo mi boca para que con ella denuncies la injusticia.
Te regalo mis llagas para que te conforten en tu dolor y crezca en ti la esperanza.
Te regalo el perdón para que como un bálsamo sane el rencor y cada ofensa que guardes en tu corazón y así, en paz contigo mismo, me ofrezcas lo mejor de ti.
"No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado Santo, de los peligros que me ha librado, así de cuerpo como de alma; que a otros santos parece les dio el Señor gracia para socorrer en una necesidad, a este glorioso Santo tengo experiencia que socorre en todas y que quiere el Señor darnos a entender que así como le fue sujeto en la tierra (que como tenía el nombre de padre, siendo ayo, le podía mandar), así en el cielo hace cuanto le pide."
Santa Teresa de Ávila
A Vos, bienaventurado José, acudimos en nuestra tribulación, y después de implorar el auxilio de vuestra Santísima Esposa, solicitamos también confiadamente vuestro patrocinio. Por aquella caridad que con la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, os tuvo unido y por el paterno amor con que abrazasteis al Niño Jesús, humildemente os suplicamos que volváis benigno los ojos a la herencia que, con su sangre, adquirió Jesucristo, y con vuestro poder y auxilio socorráis nuestras necesidades.
Proteged, oh providentísimo Custodio de la Divina Familia, la escogida descendencia de Jesucristo; apartad de nosotros toda mancha de error y de corrupción; asistidnos propicio desde el cielo, fortísimo libertador nuestro, en esta lucha con el poder de las tinieblas; y como en otro tiempo librasteis al Niño Jesús de inminente peligro de la vida, así ahora defended la Iglesia santa de Dios de las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad, y a cada uno de nosotros protegednos con perpetuo patrocinio para que a ejemplo vuestro y sostenidos por vuestro auxilio, podamos santamente vivir, piadosamente morir, y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza. Amén.
__________
Santo Patriarca, dignísimo esposo de la Virgen María y Padre adoptivo de Nuestro Redentor Jesús, que por vuestras heroicas virtudes, dolores y gozos merecisteis tan singulares títulos; y por ellos, especialísimos privilegios para interceder por vuestros devotos; os suplico, Santo mío, alcancéis la fragante pureza a los jóvenes y doncellas, castidad a los casados, continencia a los viudos, santidad y celo a los sacerdotes, paciencia a los confesores, obediencia a los religiosos, fortaleza a los perseguidos, discreción y consejo a los superiores, auxilios poderosos a los pecadores e infieles para que se conviertan, perseverancia a los penitentes, y que todos logremos ser devotos de vuestra amada Esposa, Maria Santísima, para que por su intercesión y la vuestra podamos vencer a nuestros enemigos, por los méritos de Jesús, y conseguir las gracias y favores que os hemos pedido para santificar nuestras almas hasta conseguir dichosa muerte, y gozar de Dios eternamente en el Cielo. Amén.
__________
San José bendito tú has sido el árbol elegido por Dios no para dar fruto, sino para dar sombra. Sombra protectora de María, tu esposa; sombra de Jesús, que te llamó Padre y al que te entregaste del todo. Tu vida, tejida de trabajo y de silencio, me enseña a ser fiel en todas las situaciones; me enseña, sobre todo, a esperar en la oscuridad. Siete dolores y siete gozos resumen tu existencia: fueron los gozos de Cristo y María, expresión de tu donación sin límites. Que tu ejemplo de hombre justo y bueno me acompañe en todo momento para saber florecer allí donde la voluntad de Dios me ha plantado. Amén.
Orando por la sanación Durante los últimos días, mientras leía las intenciones que recibo a través del email, pensaba sobre la mucha necesidad de oración que existe y sin embargo, lo poco que oramos… El ser humano está enfermo… enfermo por el pecado que ataca e infecta tanto el cuerpo como el alma… En los Evangelios vemos cómo Jesús sanó a todos los que se acercaban a Él: “los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan” (Mateo 11, 5)… Pero la sanación física siempre era producto de una sanación mayor… la sanación interior… Hoy les traigo una hermosa oración de sanación física y espiritual que escribió el Padre Slavko Barbarić en su libro “Ora con el corazón”… Háganla con la seguridad de que Dios les ofrecerá la sanación que ansían a través de ella…
Oración por la sanación P. Slavko Barbarić, ofm.
Ora con el corazón
Jesús, Tú viniste por los enfermos y los pecadores. Por eso, me vuelvo hacia Ti y quiero pedirte que sanes mi alma y mi cuerpo. Tú sabes, Jesús, que el pecado destroza y desgarra la integridad del ser humano; que destruye las relaciones entre los hombres y nuestra amistad con contigo. Pero no existe pecado ni enfermedad que Tú no puedas curar con Tu Palabra omnipotente. No hay herida alguna que no pueda ser sanada por Ti. María, Tú me has invitado a orar por mi sanación. Quiero hacerlo ahora y por eso te pido que acompañes mi oración con tu fe. Ora conmigo en estos momentos, para que pueda ser digno de obtener la gracia de la curación, no sólo para mí, sino también para aquellos por quienes deseo interceder.
1. ¡Ven, Señor Jesús!
Sucedió que cierto día subió a una barca con sus discípulos, y les dijo: «Pasemos a la otra orilla del lago». Y se hicieron a la mar. Mientras ellos navegaban, se durmió. Se abatió sobre el lago una borrasca; se inundaba la barca y estaban en peligro. Entonces, acercándose, le despertaron, diciendo: «¡Maestro, Maestro, que perecemos!» Él, habiéndose despertado, increpó al viento y al oleaje, que amainaron, y sobrevino la bonanza. Entonces les dijo: «¿Dónde está vuestra fe?» Ellos, llenos de temor, se decían entre sí maravillados: «Pues ¿quién es éste, que impera a los vientos y al agua, y le obedecen?» (Lucas 8, 22-25). Jesús, Tú viniste también a calmar las tempestades del mundo y te haces presente en la barca de toda vida. ¡Lo haces porque tu nombre es Emmanuel… Dios con nosotros, Dios por nosotros! Por tanto, ahora te pido Señor, que entres en mi vida. También mi barca ha comenzado a hundirse, anegando mi conciencia y mi subconsciente. ¡Entra, Jesús, a las profundidades de mi alma! He perdido mi rumbo Señor. ¡Levántate y ordena a mi inquietud que se calme! ¡Ordena a las olas de muerte que me rodean que dejen de amenazarme! Apacigua mi corazón para que pueda escuchar Tu Palabra divina y creadora.
(Permanece en silencio y escucha la voz del Señor en tu corazón)
¡Ven, Jesús, y sube también a la barca de mi familia, de mi comunidad, de mi país y del mundo entero! ¡Permite, Señor, que nuestros gritos te despierten! Extiende tu mano para que llegue la calma. ¡Ven Señor Jesús, ven! Penetra hasta el fondo de mi ser y entra en aquel rincón donde he sido más lastimado. Ven, Jesús, y sube igualmente en las barcas de aquellas vidas que se encuentran ancladas a los hábitos más perniciosos: al alcohol, a las drogas, a los placeres carnales, y que les impiden continuar navegando de frente. Jesús, calma las tempestades. ¡Haz que todos escuchemos tu voz y que venga a nosotros Tu Paz!
2. Decisión
Jesús, Tú estás en la barca de mi vida. Tú eres mi Dios, por eso te adoro y te glorifico, porque solamente Tú eres santo, solamente Tú eres el Señor. Creo en Ti y confío en Ti. Por tanto, me pongo totalmente en tus manos. Me decido hoy por Ti y por Tu Misericordia divina. Contigo y con Tu Madre, digo en este momento: “Hágase en mí Tu Voluntad, Señor… en la salud y en la enfermedad; en el éxito y en el fracaso; en las alegrías y en las tristezas; en la vida y en la muerte; en el presente y en la eternidad”. Jesús, frecuentemente he dudado en hacer el bien. En su lugar, he preferido a menudo hacer mi voluntad y las consecuencias de ello me han hecho mal. ¡Sáname de mi incredulidad y de las resistencias que he opuesto, las veces que me he negado a aceptar la voluntad del Padre! María, con Tú oración, alcanza para mí la gracia de que mi determinación de seguir a Jesús sea irrevocable. ¡Ayúdame a nunca apartarme de ella y a permanecer siempre fiel a esta decisión! (Permanece en silencio y abre tu corazón a la acción del Señor)
3. Renuncia
Jesús, yo renuncio a todo pecado. Renuncio a Satanás y a todas sus seducciones, a sus mentiras y engaños. Renuncio a cualquier ídolo e idolatría. Renuncio a mi falta de perdón y a mi rencor; a mi vida egoísta y altiva. Me deshago de toda enfermedad espiritual y de toda atadura, para que Tú, Jesús, puedas entrar en mi alma. ¡Madre… Madre mía, ayúdame a aplastar la cabeza de Satanás en mi vida!
4. Oración para ser capaces de amar
«Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo”. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre Celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos» (Mateo 5, 43-45). Jesús, Tú nos has llamado a amar… Hoy reconozco ante Ti la fragilidad de mi amor. Sana en mí todas esas heridas que han sido provocadas a causa del desamor y de mis pecados, ¡heridas que me impiden amarte a Ti, mi Señor, sobre todas las cosas! ¡Purifica mi corazón de la herencia dolorosa que arrastra por los pecados de mis ancestros y por las iniquidades del mundo! ¡Libéralo de todas las cargas que han acumulado a través de mi infancia y adolescencia! Haz que el fuego de Tu Amor y la gracia de Tu Sanación iluminen mi oscuridad y derritan el hielo del mal que aún habita en mí. Renueva completamente mi capacidad de amar. Que a partir de ahora, pueda yo amar a los hombres con todo mi corazón, incluso a aquellos que me han lastimado. Muy a menudo he sido incapaz de perdonar las injusticias de los demás. Perdona, Señor, las veces que me he agobiado a mi mismo y a otros también, con la envidia y los celos. ¡Sana igualmente mi fe en Ti, Señor! Haz que la gracia de la confianza desaparezca en mi toda desconfianza y temor. ¡Cúrame de la ausencia de Dios en mis pensamientos, palabras y obras! Al mismo tiempo Jesús, te pido que sanes los lazos afectivos en mi familia. ¡Sana el amor entre los esposos, entre padre e hijos, entre los que están enfermos y los que poseen salud! ¡Jesús, sana el amor entre todos los hombres del mundo! (Ora en silencio por aquella persona que no amas y que no puedes perdonar)
5-Oración por la sanación del alma
Jesús, te doy gracias ahora por mi alma. Tú sabes que en ella se reflejan también las consecuencias del pecado. Por eso, frecuentemente estoy nervioso y reacciono con agresividad. Fácilmente pierdo la paciencia y estoy atado al rencor. Los malos hábitos aprisionan mi alma y empeoran aún más mis heridas. Todo esto me dificulta amar a los demás. En el fondo de mi alma han quedado grabadas ciertas experiencias, las cuales me inducen a actuar con desconfianza y temor. ¡Jesús, purifica mi subconsciente! Penetra en él con Tu Luz, para que nunca más sea yo víctima de la oscuridad. Con el poder de Tu Gracia, toca aquellas fibras de mi alma en las cuales se ha asentado el apego a los bienes materiales, haciéndome presa del temor. ¡Sana mi alma, Señor, para que mi espíritu pueda abrirse libremente hacia Ti! ¡Sáname de la desconfianza hacia Ti y hacia Tu Palabra! Jesús, yo te suplico que cures en mí todas aquellas heridas y frustraciones causadas por los fracasos y los deseos no satisfechos. ¡Aparta toda tiniebla de mi interior y sana las heridas más profundas de mi subconsciente! Permite que éste descanse en Ti, Señor. Te pido ahora por los perturbados y enfermos mentales. Haz a un lado sus cargas y limpia las heridas que han trastornado sus mentes. Protege a los niños que viven con el estigma de la propensión hereditaria a este tipo de males. Cura todo desdoblamiento de personalidad, miedos y depresiones; cada neurosis y estado psicópata. Sana también, a todos aquellos cuyas mentes se han enfermado a causa de algún fracaso en su familia, estudios o trabajo. ¡Aparta de ellos los pensamientos de autodestrucción y suicidio, y libéralos de cualquier obsesión! ¡Oh, Jesús, se Tú el dueño de nuestras almas! Cura a todos aquellos que se han dañado a sí mismos por medio de prácticas de superchería. ¡Libéralos de las consecuencias de la brujería y hechicería! Restaura cada alma y devuélvele la paz que ha perdido.
6. Oración por la sanación física
«Al atardecer, le trajeron muchos endemoniados; Él expulsó a los espíritus con una palabra, y curó a todos los enfermos, para que se cumpliera el oráculo del profeta Isaías: “Él tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermedades”» (Mateo 8, 16-17). ¡Jesús, sana mi cuerpo! Aquí estoy ante Ti, con mis dolores físicos y los males que deterioran mi salud. Cúrame de las enfermedades que padezco en estos momentos… (En silencio, menciona las enfermedades que padeces) ¡Protégeme de toda enfermedad! Pero, si es Tu Voluntad que yo cargue con la cruz de mis padecimientos, entonces yo acepto esta cruz y te pido la gracia de llevarla con amor. ¡Ahora, Jesús, te pido por la sanación física de mis familiares y seres queridos! (En silencio, menciona sus nombres) Jesús, si es la voluntad del Padre que ellos continúen enfermos, yo te pido que les concedas la fortaleza necesaria para que ellos también carguen sus cruces con amor. ¡Cura a todos los enfermos del mundo! Protege a la humanidad entera de las epidemias y males incurables. En una palabra, Jesús, ¡cura todas nuestras enfermedades, porque Tú viniste a tomarlas sobre Ti para salvarnos!
7. Oración final Padre celestial, gracias por haberme creado y por haberme redimido por medio de Jesucristo, Tu Hijo. Gracias por sanar en Su Nombre mi espíritu, mi alma y mi cuerpo, y por haberme dado una nueva capacidad de amar. ¡Haz que la bendición de la paz y la reconciliación, del amor y la confianza desciendan sobre mí, sobre mi familia, sobre la Iglesia y sobre el mundo entero! Permite que María, al orar con nosotros, obtenga de Tu Bondad paternal todo lo que necesitamos para el bien de nuestras almas y cuerpos. ¡Qué así sea! Amén.
ORACION PARA PEDIR PERDON
Padre Celestial; en el santo nombre de tu Hijo Jesús, crucificado por mis pecados, y en el Amor del Espíritu Santo, vengo muy humildemente ante ti,
con dolor por mis pecados. A través de la intercesión del Inmaculado Corazón de María, te ofrezco el sacrificio de Jesús en la cruz, el cual vivo cuando lo recibo en la Santa
Eucaristía.
Señor Jesús crucificado; te hablo humildemente, en la presencia de Nuestra Bendita Madre María. Reconozco que tu sufriste mucho por mí y por todos,
y que estamos endeudados contigo para siempre.
Señor; aprecio mucho tus sufrimientos por mí y por el resto de la humanidad.
Te agradezco el haberme salvado a través de tu dolor aplastante, a través de tus tantas heridas, a través de tu extremo cansancio y agonía y a través de tu Preciosa Sangre
derramada con tanto dolor y amor por nosotros; a través de tu dificultad para respirar, a través de tu sudor y lagrimas, a través de tu paciencia misericordiosa, a través de cada
esfuerzo que tu hiciste y a través de tu ofrecimiento total por mis pecados y por los pecados del mundo entero.
Señor a veces me quejo cuando tengo un pequeño infortunio, o una herida o cuando estoy enfermo o cansado, o rechazado, o despreciado o condenado. Pero tu cuerpo entero fue
cubierto con heridas dolorosas; fuiste perforado con dolor por la corona de espinas, tu fuiste despojado de tu carne con la flagelación, fuiste insultado con terribles blasfemias,
fuiste escupido, fuiste humillado, fuiste infligido nuevamente con heridas sobre tu herido hombro por el peso aplastante de la cruz, tu fuiste herido nuevamente sobre tus heridas
por el despojo brutal de tus vestiduras, fuiste perforado dolorosamente por lo clavos en la cruz, fuiste colgado sobre la cruz para sangrar dolorosamente hasta tu muerte, sufriste
asfixia a medida que te resultaba mas doloroso respirar, pero tu agonía física no se comparaba con tu agonía espiritual porque Tu eres Dios, y tu alma santa sufrió con pena
mientras tu entregabas tu vida a cambio de nuestra vida eterna.
Tu viste la ingratitud de los hombres por tu gran sacrificio, y sufriste por el orgullo de nuestros pecados, por la agresividad de los que tu creaste con tanto amor, por el odio
de los hombres que reciben siempre todo tu amor si tan solo vienen a ti.
Mi Señor Jesús crucificado, vengo humildemente ante ti, eterna fuente de sanación y de vida, Poderosa fuente de nuestra Resurrección, alimento para nuestras almas en la Sagrada
Eucaristía, refugio eterno de la Luz Divina, puerta a la Majestad y Gloria del Padre y de nuestra única esperanza y salvación.
Divino Señor Misericordioso, ruego y suplico a nombre de toda la humanidad por tu misericordia y compasión, por tu sanación y bendiciones y por tu Salvación.
Oh, Precioso tesoro del Cielo, Tu que te ocultas al orgulloso, llena mi corazón de humildad y de pureza para poder ser digno de recibir las promesas de la vida eterna en Tu Gloria
con el Padre y el Espíritu Santo. Amen.
Señor en tu Sagrado Corazón coloco mi corazón unido a todas mis necesidades y mis deseos, te presento humildemente mis peticiones, por favor dígnate a escuchar mi súplica,
abrázame con tu amor, responde a mi alma, mírame como tu hijito que viene atraído por tu amor.
Mi Señor Jesús; En tu cuerpo crucificado yo coloco reverentemente mi pecado, mis enfermedades y las de la gente por quien ruego; puesto que tu sufriste por nuestros sufrimientos y
pagaste por nuestros pecados. Disuélvelos por favor en tu misericordia; concédeme estas peticiones en tu nombre santo y en el nombre de tu dolorosa madre, mi madre.
Amen.
ORACIÓN DE SAN FRANCISCO DE ASIS
Tú eres santo, Señor Dios único, que haces maravillas. Tú eres fuerte, tú eres grande, tú eres altísimo, tú eres rey omnipotente, tú, Padre santo, rey del cielo y de la tierra. Tú eres trino y uno, Señor Dios de dioses, tú eres el bien, todo el bien, el sumo bien, Señor Dios vivo y verdadero. Tú eres amor, caridad; tú eres sabiduría, tú eres humildad, tú eres paciencia, tú eres belleza, tú eres mansedumbre, tú eres seguridad, tú eres quietud, tú eres gozo, tú eres nuestra esperanza y alegría, tú eres justicia, tú eres templanza, tú eres toda nuestra riqueza a satisfacción. Tú eres belleza, tú eres mansedumbre; tú eres protector, tú eres custodio y defensor nuestro; tú eres fortaleza, tú eres refrigerio. Tú eres esperanza nuestra, tú eres fe nuestra, tú eres caridad nuestra, tú eres toda dulzura nuestra, tú eres vida eterna nuestra: Grande y admirable Señor, Dios omnipotente, misericordioso Salvador.
ORACION A SANTA ROSA DE LIMA
Oh esclarecida Virgen, Rosa celestial, que con el buen olor de vuestras virtudes habéis llenado de fragancia a toda la Iglesia de Dios y merecido en la gloria una corona inmarcesible; a vuestra
protección acudimos para que nos alcances de vuestro celestial Esposo un corazón desprendido de las vanidades del mundo y lleno de amor divino.
¡Oh flor la más hermosa y delicada que ha producido la tierra americana!, portento de la gracia y modelo de las almas que desean seguir de cerca las huellas del Divino Maestro, obtened para
nosotros las bendiciones del Señor. Proteged a la Iglesia, sostened a las almas buenas y apartad del pueblo cristiano las tinieblas de los errores para que brille siempre majestuosa la luz de la
Fe y para que Jesús, vida nuestra, reine en las inteligencias de todos los hombres y nos admita algún día en su eterna y dichosa mansión. Amén.
Oración
Santísima Virgen de la Misericordia,
Admítenos en tu presencia amorosa,
Acógenos bajo tu manto maternal;
No nos deseches,
Pues venimos con corazón arrepentido,
Anhelando conversión y perdón,
Bondadosísima Señora,
Perdón y compasión,
El pecado ha ofuscado
Muchas veces en tus hijos
La luz de la razón
Y han sido ingratos ofendiendo a tu Jesús,
Pero Tú eres madre y serás también intercesora,
Danos gracia, misericordiosísima Señora,
Para ofrecerte siempre, en adelante,
Mucho amor y mucha gracia.
Así sea.
SUPLICAS A MARIA SANTISIMA
EN LOS TIEMPOS DIFICILES
Tengo mil dificultades, ayúdame.
De los enemigos del alma, sálvame.
En los desaciertos, ilumíname.
En mis dudas y penas, confórtame.
En mis soledades, acompáñame.
En mis enfermedades, fortaléceme.
Cuando me desprecien, anímame.
En las tentaciones, defiéndeme.
En las horas difíciles: Consuélame.
Con tu corazón maternal: ámame.
Con tu inmenso poder: protégeme.
Y en tus brazos el expirar: recíbeme.
Amén.
Oh Virgen María, Salud de los enfermos,
que has acompañado a Jesús en el camino del Calvario
y has permanecido junto a la cruz en la que moría tu Hijo,
participando íntimamente de sus dolores,
acoge nuestros sufrimientos y únelos a los de Él,
para que las semillas esparcidas durante el Jubileo sigan produciendo frutos abundantes
en los años venideros.
Madre misericordiosa, con fe nos volvemos a Ti. Obtennos de tu Hijo
el que podamos volver pronto, plenamente restablecidos,
a nuestras ocupaciones, para hacernos útiles al prójimo con nuestro trabajo.
Mientras tanto, quédate junto a nosotros en el momento de la prueba
y ayúdanos a repetir cada día contigo nuestro "sí",
seguros de que Dios sabe sacar de todo mal un bien más grande.
Virgen Inmaculada,
haz que los frutos del Año Jubilar sean para nosotros y para nuestros seres queridos,
prenda de un renovado empuje en la vida cristiana,
para que en la contemplación del Rostro de Cristo Resucitado
encontremos la abundancia de la misericordia de Dios y la alegría de una comunión más plena
con los hermanos, primicia de la alegría sin fin del Cielo.
Amén!
Juan Pablo II
ORACIONES PARA HACER EN TIEMPO DE ENFERMEDAD:
Para alcanzar la paz
Nada te turbe; nada te espante; todo se pasa; Dios no se muda, la pacienciatodo lo alcanza. Quien a Dios tiene, nada le falta. Sólo Dios basta. (Santa Teresa de Jesús).
Oración para mantener la esperanza
¡Señor! ¿Me has abandonado? Me siento desmoralizado y cansado de sufrir.No deseo hablar con nadie: todo el mundo me molesta, no tengo ganas de rezar. Pero sé que no soy el único que sufre y pienso en tantos otros enfermos, pobres y abandonados que están peor que yo.
Ayúdame a no quejarme innecesariamente, a no ser egoísta y a no sentirme incomprendido. Concédeme la paz cuando no puedo dormir por las noches. Haz que vea tu rostro en quienes me visitan, que oiga tu voz en sus voces y que sienta tus manos en las suyas. Concédeme que sepa agradecer todas sus atenciones y cuidados. Quédate siempre a mi lado, y ayúdame a darme cuenta que me miras como miraste a Jesús en la Cruz.Y ahora me dirijo a Ti con las palabras que nos enseñó Jesucristo: Padre nuestro...Amén.
Oración para antes de una operación quirúrgica
Dios mío, las horas de espera se me hacen interminables. Por mi mente pasan muchas cosas: el éxito de la operación, mi futuro y el de mi familia, los planes profesionales que llevo entre manos...Pero yo,Señor, me dirijo confiadamente a Ti, porque sé que sólo Tú puedes transformar mis miedos en seguridad y mi ansiedad en paz. Amén.
Oración ante un diagnóstico desfavorable
Señor, he pasado mucho tiempo con gran incertidumbre ymiedo, siempre esperando y rezando...Y ahora,al conocer el diagnóstico, se me ha venido el mundo encima. ¿Por qué me ha ocurrido esto? ¿En qué me he equivocado? ¿Qué mal he hecho para merecer semejante castigo?
Haz que yo sepa convertir estas circunstancias de mi vida en ocasión de amarte. Que vea que, para los que Te aman, todo es para bien. En lugar de buscar el porqué de las cosas, Tú me invitas a aceptar y a vivir esta situación que yo solo no podré soportar. Y como siempre me acompañas, confío en que con tú ayuda saldré adelante. Amén.
Oración para el desahogo de la ira
Déjame, Señor, desahogar mi ira. ¿Por qué tenía que sucederme esto precisamente a mí? ¿Qué mal he hecho? ¿Por qué no le ocurre esto a tantas personas que jamás te han invocado, a los violentos o a los homicidas? ¡Esos sí que merecerían pasar lo que estoy pasando yo! Me irrita la indiferencia de los que están aquí para ayudarme. A veces me parece que el médico tarda en venir y, cuando llega, me da la impresión de que sólo piensa en marcharse. Los días resultan insoportables porque no puedo hacer nada, y las noches son interminables cuando no logro dormir. A veces pienso que no me atienden lo que necesito. En otros momentos me disgustan incluso las personas; las sanas, porque me dan envidia; y las que tratan de consolarme porque acuden con frases hechas que no dicen nada. Señor, acepta mi amargura y perdona mi ira. Amén.
Acción de gracias del acompañante
Gracias Señor por dejarme acompañar a N. que para mí es una fuente de gracia. Tú le amas porque está enfermo, (es de avanzada edad) y quieres mostrar tu ternura y misericordia por medio de mí.
Te doy graciasporla salud que tengo...que ahora valoro. Porcomer con ganas y con apetito. Por dormir a gusto toda la noche. Por poder andar sin dificultad. Por mostrarme que todo en la vida es muy relativo: edad, placer, dinero...Por hacerme comprender el valor de las cosas pequeñas: un vaso de agua, una sonrisa, una palabra...Por valorar lo que supone sentir que alguien se te acerca, te quiere, te escucha, te dice unas palabras o calla cuando no sabe qué decir o puede molestar, sabe respetar tu intimidad, puedes confiar en él y no te deja solo.
Oración de la familia del enfermo
Señor, el sufrimiento ha visitado nuestra casa y ha entristecido nuestro corazón. N. al que amamos está enfermo (está muy limitado por su edad): su dolor,impotencia y debilidad también son nuestros. Ayúdanos a crecer y creer juntos, para que madurados por esta experiencia, seamos siempre una familia que agradece tus dones y se fortalece compartiendo.
Oración de acción de gracias
Señor, gracias por todo lo que me estás dando. Me doy cuenta de que en la situación actual soy una bendición de Dios, un gran tesoropara mi familia y amistades, y que estoy contribuyendoa sacar adelante a la Iglesia en todo el mundo.
Haz que sepa“completar en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, a favor de su cuerpo que es la Iglesia” (Col 1, 24).Que sea consciente de esta riqueza inmensa, extraordinaria, sobrenatural que me da un poder divino, si lo uno al dolor de Jesús en la Cruz, y que es una gran aportación en la lucha por la victoria del bien sobre las fuerzas del mal, que de forma implacable asedian a la Humanidad. Amén.
Oración del personal sanitario
Señor, me has escogido para curar, aliviar y cuidar a los enfermos. Quiero, como Tú, acoger a todos, especialmente alos más desvalidos. Quiero ser sensible ante sus sufrimientos, paciente con sus limitaciones y ayudar a liberar sus miedos. Inspírame, Señor, para que sepa aliviar el dolor con una sonrisa, con una buena palabra, con un gesto de afecto. Ayúdame a santificar mi trabajo, ser un buen profesional, competente por mi ciencia, humano y servicial. Amén.
Rezar con algunos textos de los Salmos
¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado? — Dios mío, te invoco de día, y no escuchas; —de noche, y no encuentro descanso. — (Del Salmo 22).
— El Señor es mi pastor, nada me falta. — En verdes prados me hace reposar; — hacia aguas tranquilas me guía; —reconforta mi alma. —Aunque camine por valles oscuros, nada temo, porque Tú estás conmigo; — tu vara y tu cayado, me sosiegan.— (Del Salmo 23).
—¡Dichoso el que cuida del débil! —El Señor lo librará el día de la desgracia. —El Señor lo asiste sobre el lecho del dolor. — (Del Salmo 41).
—Descarga en el Señor tu peso, —y Él te sustentará.— (Del Salmo 55).
— Recurrí al Señor y él me contestó—, y me libró de todos mis temores. —Los que miran al Señor quedan radiantes de alegría— y jamás se verán defraudados. —Este pobre gritó y el Señor lo oyó— y lo libró de todas sus angustias. —El angel del Señor protege y salva a los que honran al Señor. —El Señor está cerca de los que tienen roto el corazón. — Él salva a los espíritus hundidos.— (Del Salmo 34).
— Como ansía la cierva las corrientes de agua, —así te ansía mi alma, Dios mío.—Mi alma está sedienta de Dios, del Dios vivo. — ¿Cuándo podré ir a ver el rostro de Dios? —(Del Salmo 42).
¿Por qué voy a desanimarme? —¿Por qué voy a estar preocupado? —Mi esperanza he puesto en Dios, a quien todavía seguiré alabando. — ¡El es mi Dios y Salvador! (Del Salmo 43).
— Alzo mis ojos a los montes: —¿De dónde me llegará el auxilio? — Mi auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. — (Del Salmo 121).
— Desde lo más profundo, Te invoco Señor. — ¡Señor, escucha mi clamor! — ¡Estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica! —Espero en Ti,Señor. Mi alma espera en su palabra; — mi alma espera en el Señor más que los centinelas la aurora. — (Del Salmo 130).
Hacia ti Señor, miran mis ojos, —en ti busco refugio, — no desampares mi alma. —(Del Salmo 141).
Bendito sea el Señor—, que ha escuchado mis ruegos! El Señor es mi poderoso protector—; en él confié plenamente y él me ayudó. — Mi corazón está alegre; cantaré y dare gracias al Señor. —(Del Salmo 28).
Tú eres mi refugio—; tú eres todo lo que tengo en esta vida—. Presta atención a mis gritos—, porque me encuentro sin fuerzas. (Del Salmo 142).
Oración a la Virgen de la Salud y de la Esperanza
Virgen de la Salud y de la Esperanza, quemanifiestas tu compasión a cuantos solicitan tu ayuda: te ruego me concedas gozar siempre de salud de alma y cuerpo. Haz que viva alegre en medio de las dificultades de esta vida y, purificado de mis pecados, alcance la felicidad del Cielo. Con gran confianza, me acojo a tu protección maternal. No me desampares, no te olvides de mí, Madre de Dios y Madre mía. Atiende favorablemente mis súplicas y concédeme el favor que te pido…pídase. Así sea. ¡Virgen de la Salud y de la Esperanza, socorro de los enfermos y afligidos, ruega por mí!
Oración al Santo Cristo del Perdón y de la Paz
¡Oh Jesús!, Cristo del Perdón y de la Paz, que dijiste: “Venid a mí todos los cansados y agobiados, que yo os aliviaré”. Ayúdame a comprender que, cuando sufro, me amas mucho más, porque me santificas. Convierte mis dolores y sufrimientos en fuerza para seguir adelante con alegría y paz.
Tú nos enseñaste a rezar: “Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. Que sepa perdonar y querer a todos los hombres mis hermanos. Haz que por el Sacramento del Perdón vuelva de nuevo a Ti y acrecientes mi amistad contigo. Que por él me otorgues la libertad gozosa de los hijos de Dios y concedas a mi alma la paz que el mundo no puede dar. Así sea.
¡Cristo del Perdón y de la Paz, concede tu paz a las almas, a las familias, a las naciones, y enséñame a pedirte perdón!
Jaculatorias
—Crea en mí, ¡oh Dios!, un corazón puro. — Un corazón contrito y humillado, ¡oh Dios!, Tú no lo desprecias. — Para Dios toda la gloria. — Para los que aman a Dios, todo es para bien. — Porque Tú eres, oh Dios, mi fortaleza. — Conviene que Él crezca y yo disminuya. — Aquí me tienes, porque me has llamado. — Santa María, esperanza nuestra, asiento de la Sabiduría, ruega por nosotros. — Santa María, esperanza nuestra, esclava del Señor, ruega por nosotros. — Santa María, estrella de Oriente, ayuda a tus hijos. — Todo lo puedo en aquel que me conforta. — Creo, Señor, pero ayuda mi incredulidad. — Te doy gracias por todos tus beneficios, también por los que desconozco. — En ti, ¡oh Dios!, confío; no sea yo nunca confundido. — Auméntanos la fe. — ¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí, que soy pecador! — Jesús, Jesús, sé para mí siempre Jesús. — Señor, Tú lo sabes todo, Tú sabes que te amo. — ¡Señor, que vea! — Señor, ¿qué quieres que haga? — Santa María, Madre del Amor Hermoso, ayuda a tus hijos. — ¡Señor mío y Dios mío! — Padre, no se haga mi voluntad, sino la tuya. — Corazón sacratísimo de Jesús, danos la paz. — Corazón dulcísimo de María, prepárame un camino seguro. — Hágase, cúmplase, sea alabada y eternamente ensalzada la justísima y amabilísima Voluntad de Dios, sobre todas las cosas. Amén — Señor, Dios mío: en tus manos abandono lo pasado y lo presente y lo futuro, lo pequeño y lo grande, lo poco y lo mucho, lo temporal y lo eterno. — Dios mío, te amo… pero ¡enséñame a amar! — Señor, tómame como soy, pero haz que sea como Tú quieres que sea. — Nada puede pasarme que Dios no quiera. Y todo lo que Él quiere, por muy malo que nos parezca, es en realidad lo mejor (Santo Tomás Moro, antes de su martirio). — Reina de los Apóstoles, ruega por nosotros. — ¡María, muestra que eres Madre! — Santo Dios, Santo fuerte, Santo inmortal, ten piedad de nosotros. — Mi Dios y mi todo. — Dios mío, gracias por lo que me das y por lo que me quitas. ¡Hágase Tú voluntad! — Te amo, Dios mío. — ¡Bendito sea el dolor! ¡Amado sea el dolor! ¡Santificado sea el dolor! ¡Glorificado sea el dolor!
Oración universal. (Después de cada frase, puede decirse: Te rogamos, ¡óyenos!)
Señor Jesús rico en misericordia, asiste desde el Cielo a todos los enfermos del mundo. —Sostén a quienes han perdido toda esperanza de curación. — Consuela a quienes gritan o lloran por sus tremendos dolores. —Protege a quienes no pueden ser atendidos o medicarse por falta de recursos materiales o ignorancia. —Alienta a quienes no pueden reposar porque deben trabajar. — Ayuda a quienes buscan en la cama una posición menos dolorosa. —Acompaña a quienes ven que la enfermedad frustra sus proyectos. —Alumbra a quienes pasan una "noche oscura" y desesperan. —Toca los miembros y músculos que han perdido movilidad. —Ilumina a quienes ven tambalear su fe y se sienten atacados por dudas que los atormentan. —Apacigua a quienes se impacientan viendo que no mejoran. —Calma a quienes se estremecen por el dolor. —Concede paciencia, humildad y constancia a quienes se rehabilitan. —Devuelve la paz y la alegría a quienes se llenaron de angustia. —Disminuye los padecimientos de los más débiles y ancianos. —Vela junto al lecho de los que perdieron el conocimiento. —Guía a los moribundos al gozo eterno. —Conduce a los que más lo necesitan al encuentro con nuestro PadreDios. —Bendice abundantemente a quienes los asisten en su dolor, los consuelan en su angustia y los protegen con caridad. Amén
Señor mío crucificado acoge benigno la oración que te hago ahora para el momento de mi muerte.
Entonces Jesús mío, mis ojos lánguidos y moribundos no podrán fijarse en Ti,
súplela con esta mirada amorosa que ahora te dirijo
y Cuando mis labios secos, no puedan ya besar tus santísimas llagas,
acuérdate de los besos que ahora te imprimo y ten piedad de mí.
Cuando mis manos rígidas no puedan mas estrechar tu Cruz,
acuérdate del sentimiento con que ahora lo hago y ten piedad de mi.
Cuando finalmente mi lengua torpe y paralizada no pueda pronunciar palabra, acuérdate de mi invocación de este momento: Jesús, José y María os encomiendo el alma mía.
Señor Dios mío, ya desde ahora acepto de buena voluntad, como venida de tu mano, cualquier género de muerte que Tú quieras enviarme, con todas sus angustias, penas y dolores. Amen
Oración por la vidaPor S.S. Juan Pablo II
Oh, María aurora del mundo nuevo. Madre de los vivientes a Ti confiamos la causa de la vida; mira, Madre, el número inmenso de niños a quienes se les impide nacer, de pobres a quienes se les hace difícil vivir, de hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana, de ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad.
Haz que quienes creen en tu Hijo sepan anunciar con firmeza y amor a los hombres de nuestro tiempo, el Evangelio de la vida. Alcánzales la gracia de acogerlo como don siempre nuevo, la alegría decelebrarlo con gratitud durante toda su existencia y la valentía de testimoniarlo con solícita constancia, para construir, junto con todos los hombres de buena voluntad, la civili zación de la verdad y del amor, para alabanza y gloria de Dios Creador y amante de la vida.
Del Evangelio de la Vida, dado en Roma, junto a San Pedro, el 25 de marzo, solemnidad de la Anunciación del Señor, del año 1995.
Regina Coeli
Reina del cielo
(Durante el Tiempo Pascual sustituye al
Angelus)
V. Alégrate, Reina del cielo. Aleluya.
R. Porque el que mereciste llevar en tu seno. Aleluya.
V. Ha resucitado, según predijo. Aleluya.
R. Ruega por nosotros a Dios. Aleluya.
V. Gózate y alégrate, Virgen María. Aleluya.
R. Porque ha resucitado Dios verdaderamente. Aleluya.
Oremos:
Oh Dios que por la Resurrección de tu Hijo,
nuestro Señor Jesucristo,
te has dignado dar la alegría al mundo,
concédenos por su Madre, la Virgen María,
alcanzar el gozo de la vida eterna.
Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor.
R. Amén.
Padre Nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
Amén.
Señor, inspira estos hombres y mujeres
que llevan los títulos de "Esposo" y "Esposa".
Ayúdalos a mirarte a Tí,
a ellos mismos,
uno al otro,
para redescubrir la plenitud y el misterio
que una vez sintieron en su unión.
Ház que sean lo suficientemente honestos para preguntarse:
"Dónde hemos estado juntos
y hacia dónde estamos yendo?
Haz que sean lo suficientemente valientes para preguntarse:
"En qué hemos fallado?"
Haz que sean lo suficientemente fuertes para decir:
"Para mí, nosotros estamos primero."
Ayúdalos, juntos
a reexaminar su compromiso
bajo la luz de Tu amor,
de buena voluntad, abiertamente, con compasión.
Un Ave María...
Creo en un solo Dios,
Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un Solo Señor Jesucristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros los hombres, bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de maría la Virgen, y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato,
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.
VIGILIA DE ORACIÓN POR LA VIDA NACIENTE
ORACIÓN DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
Basílica Vaticana
Sábado 27 de noviembre de 2010
Señor Jesús,
que con fidelidad visitas y colmas con tu Presencia
la Iglesia y la historia de los hombres;
que en el admirable Sacramento
de tu Cuerpo y tu Sangre
nos haces partícipes de la vida divina
y nos concedes saborear anticipadamente
la alegría de la vida eterna;
te adoramos y te bendecimos.
Postrados delante de ti, fuente y amante de la vida,
realmente presente y vivo en medio de nosotros,
te suplicamos:
Aviva en nosotros el respeto
por toda vida humana naciente,
haz que veamos en el fruto del seno materno
la admirable obra del Creador;
abre nuestro corazón a la generosa acogida
de cada niño que se asoma a la vida.
Bendice a las familias,
santifica la unión de los esposos,
haz que su amor sea fecundo.
Acompaña con la luz de tu Espíritu
las decisiones de las asambleas legislativas,
a fin de que los pueblos y las naciones
reconozcan y respeten
el carácter sagrado de la vida,
de toda vida humana.
Guía la labor de los científicos y de los médicos,
para que el progreso contribuya
al bien integral de la persona
y nadie sufra supresión e injusticia.
Concede caridad creativa a los administradores
y a los economistas,
para que sepan intuir y promover
condiciones suficientes
a fin de que las familias jóvenes puedan abrirse
serenamente al nacimiento de nuevos hijos.
Consuela a las parejas de esposos que sufren
a causa de la imposibilidad de tener hijos,
y en tu bondad provee.
Educa a todos a hacerse cargo
de los niños huérfanos o abandonados,
para que experimenten el calor de tu caridad,
el consuelo de tu Corazón divino.
Con María tu Madre, la gran creyente,
en cuyo seno asumiste nuestra naturaleza humana,
esperamos de ti,
nuestro único verdadero Bien y Salvador,
la fuerza de amar y servir a la vida,
a la espera de vivir siempre en ti,
en la comunión de la santísima Trinidad.